APUNTES SOBRE EL 19 DE ABRIL, DÍA DEL INDIO AMERICANO
1ra Parte
Manifestación de indígenas argentinos reclamando por sitios ancestrales y mejoras en su situación social.
El Día del Indio Americano o del Aborigen Americano se celebra el 19 de abril de cada año, según la recomendación surgida en el Primer Congreso Indigenista Interamericano realizado en esa fecha
en 1940, en Pátzcuaro, estado de Michoacán, México.
La convocatoria al congreso la realizó el presidente mexicano Lázaro Cárdenas, quien a su vez era un descendiente de los pueblos originarios. Participaron delegaciones oficiales de los países integrantes de la Unión Panamericana, y de algunos grupos indígenas. El objetivo del congreso fue analizar la situación de los indígenas y encontrar puntos en común para poder enfrentar las dificultades que encuentran para su desarrollo. Este congreso dio origen al Instituto Indigenista Interamericano, con sede en México, dependiente de la OEA (Organización de Estados Americanos). Al cual se le asignó como principal tarea organizar y coordinar las políticas indigenistas de los Estados Miembros e impulsar los trabajos de investigación dedicados al desarrollo de las comunidades indígenas.
En Brasil se celebra como el Dia do Índio habiendo sido establecido por el presidente Getúlio
Vargas en 1943.
En Argentina se estableció esta conmemoración en 1945, por decreto número 7550 del Poder Ejecutivo Nacional. Sin embargo, recién con la reforma constitucional de 1994 se reconoció, en el artículo 75 inciso 17, la preexistencia de los pueblos originarios, y los derechos al respeto a su identidad, a una educación intercultural, al reconocimiento de la personería jurídica de sus comunidades, a la posesión y propiedad comunitarias de sus tierras, entre otros derechos.
En Costa Rica se estableció la celebración de este día a través del decreto número 1803-C, el 14 de
junio de 1971.
Como puede apreciarse, la deuda de los estados americanos para con los pueblos originarios es mucha, pues falta que muchos estados se sumen a esta conmemoración y, lo que es más grave aún, que se hagan efectivas las reivindicaciones de estas comunidades.
No obstante, debemos señalar que en nuestro país; si bien queda mucho por hacer, se han dado algunos pasos significativos en pos del cumplimiento de esas reivindicaciones.
Por ejemplo, en el Museo de La Plata se cumplió con el proceso de restitución de cuatro personas del pueblo Selk’nam (mal llamados por la colonización como los Onas) a su comunidad originaria en Tierra del Fuego, La devolución de restos humanos conservados en el Museo de La Plata durante muchos años como “trofeos de guerra”, forma parte de una política de reparación histórica.
Las restituciones se encuentran amparadas por la Ley 25.517 sancionada en el año 2001, que establece en su artículo primero que “los restos mortales de aborígenes, cualquiera fuera su característica étnica, que formen parte de museos y/o colecciones públicas o privadas, deberán ser puestos a disposición de
los pueblos indígenas y/o comunidades de pertenencia que lo reclamen”.
Los Selk´nam no desaparecieron, ni se extinguieron, como nos enseñaron, sino que actualmente viven en Tolhuin (Tierra del Fuego), manteniendo sus costumbres, sus rituales, con la lucha de la restitución de 45.000 hectáreas ancestrales donde hoy viven. No obstante, todavía miles de restos humanos esperan en el Museo, volver a sus comunidades.
Entre los tantos desafíos de la academia, está el de romper con los viejos paradigmas del conocimiento donde el objeto de estudio era ese “otro”, distinto, subalterno, donde el saber eurocéntrico estaba por encima de cualquier saber y más aún por el ancestral de los pueblos originarios. Desde otro lugar, como los cuestionados de las ciencias sociales, desde la crítica comunicacional a la construcción de discursos y realidades, hay un revalorizar del conocimiento, de los valores, el lenguaje. Inclusive se piensa en una
antropología de los antropólogos, poniendo en crisis viejas construcciones establecidas como
universales y casi como naturales.
Rubén Osvaldo Cané Nóbile
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