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Corrao: "La en Dignidad es estar continuamente planteando y proyectando para seguir adelante”

El Taller Protegido Dignidad avanza en su intención de ser sustentable y con la posibilidad que sus operarios (están todos vacunados), divididos en burbujas, puedan retomar los trabajos de manera presencial en su sede, que se frenaron cuando bajamos a Fase 2.

Mientras continúan buscándole la vuelta para poder vender sus productos proyectan una panadería y una huerta.

Darío Corrao

A este respecto, el presidente de la comisión directiva de Dignidad, expuso: “es una alegría enorme estar en esta fecha, si bien estamos en una situación bastante compleja, nos hubiera gustado que nos estén acompañando todos los operarios en este festejo del Taller Dignidad, 20 años es mucho el recorrido. Tanto la comisión, el personal, como los operarios, estamos en un lugar que todavía no alcanzamos a empezar a disfrutar.

La idea de la comisión y de todos los que trabajamos en Dignidad es estar continuamente planteando y proyectando para seguir adelante. Todavía nos falta un pequeño paso para terminar de hacer que el Taller Protegido sea sustentable, estamos a nada de lograrlo.

Hasta hace muy poco el Taller estaba funcionando con dos burbujas, habíamos implementado el protocolo necesario pero al bajar a fase 2 no pudieron continuar. Por otro lado, desde hace un año y medio no se puede realizar la venta callejera, ahí es donde vamos a reformar y tratar de hacer la venta directamente acá.

El Taller tiene un cupo de 28 operarios, en la actualidad estaban viniendo solamente 20 porque 8 eran considerados de riesgo y habíamos decidido que no vengan por una cuestión de salud. En un poco tiempo, veremos si podemos tener a los 28 operarios en el Taller nuevamente, ya están vacunados todos.

Tenemos un proyecto cercano que es abrir la panadería en nuestro local y una huerta. La comunidad de Chivilcoy siempre nos ha acompañado y seguramente ahora también, vamos a abrir un local donde todos los días en doble turno van a poder comprar todos los productos que los operarios hagan, acá en Saavedra 232”.

Alcides Casuccio

“Si bien no se puede festejar es un día importante (dijo ante la llegada de un nuevo aniversario de la institución), estamos contentos, recordando de dónde venimos, la idea de los primeros fundadores y dónde nos encontramos ahora. Paso a paso nos vamos dirigiendo a un norte que es para la gente que trabaja acá, para los operarios. Tratamos a pesar de todo, de esta pandemia que nos impide muchas tareas, seguir adelante aunque con menos intensidad que antes.

Quiero nuevamente agradecer a la comunidad, le agradecemos eternamente, a los empresarios, a los funcionarios públicos, que desde su lugar siempre pusieron un granito de arena, siempre colaboraron. A los integrantes de la comisión fundadora, a quienes se fueron sumando y a todo Chivilcoy en general, a los medios de comunicación que nos han hecho conocer.

A veces, hay personas que realizan donaciones que quieren reservar su identidad, después hay gente que compra los productos que se realizan, se hacen socios, donan materia prima”.

Julieta Medici “soy una de las fundadoras así que, hace 20 años que estoy en el Taller. Con el grupo de personas que lo inauguramos ya veníamos trabajando en discapacidad y yo digo siempre que si entrás a trabajar en discapacidad no te vas más. Podes hacer otra cosa aparte, lo que quieras pero es tan atrapante, es tanta la satisfacción que tenes del otro lado que es imposible no estar.

Decidimos abrir el taller, empezamos de a muy poquito, tardó mucho la personería, fueron años de remar en dulce de leche por decirlo de alguna forma. Le agradecemos a por vida a Roberto Capilouto que nos donó este lugar. Así empezamos de a poco, a los cinco años comenzaron a cobrar el peculio, llegaron las becas para la institución. Hacíamos pasta frola y el primero que nos vino a tocar timbre fue Eduardo Nicieza, nos dijo ¿qué hacen?, yo pongo mi fábrica a disposición en los que los pueda ayudar. Un día vinieron del Ministerio a hacernos una inspección, venían todos los años, cuando vieron que estábamos en casas de madera con el horno, nos hicieron un informe para que nos cambiaran todo lo que era madera por mampostería. Eso tardó muchísimo. Franetovich era Intendente, nos dijo que le lleváramos la carpeta que él la iba a presentar en La Plata y nos dijo que ‘mientras tanto les empiezo a pagar todos los meses un alquiler’. Ahí, fuimos a la Agrupación Atlética, luego nos fuimos al Club Argentino, a la Escuela 502 y después a la colombófila. Cuando estábamos ahí, ingresó la comisión salvadora, los proyectos estaban entregados, un error de rendición, la cuestión es que estuvimos diez años dando vueltas hasta que en el 2019 se pudo terminar e inauguramos.

No alcanzamos a disfrutar porque se inauguró el 28 de diciembre de 2019, el primero de enero salimos de vacaciones, volvimos en febrero, estuvimos un mes y llegó la pandemia. Hace un año y pico que los operarios no vienen y nosotras las supervisoras dijimos no nos vamos a quedar, seguimos haciendo los productos, la comisión se encargó de la venta. Más que nada tenemos palabras de agradecimiento para todo el mundo.

Ellos están desesperados por volver, ahora se los ha podido vacunar con la primera dosis gracias a Dios. En su momento, se decidió si podían volver y ahora esperamos que prontamente puedan volver.

Dignidad es la palabra, el operario que viene a trabajar acá alcanza su dignidad laboral. El Taller se creó por eso, porque todo este grupo de personas no iban a conseguir trabajo en el área común, necesitaban un espacio para poder desarrollarse, cobrar su sueldo y vivir de eso. No alcanza porque nunca alcanza a nadie pero esa es la idea”, señaló el también integrante de la comisión directiva.

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