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Felipe Vallese hijo “No solamente hubo un Felipe Vallese secuestrado, torturado y desaparecido sino

Este domingo en la Plaza de la Memoria agrupaciones políticas, sociales y de derechos humanos concentraron para conmemorar el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia luego de marchar desde la Plaza España al Parque de la Memoria.

Desde las 16hs, la Plaza España, se llevaron a cabo diversas propuestas a cargo del Colectivo por la Memoria de Chivilcoy, teniendo como objetivo la memoria, a 43 años del último golpe cívico militar, de 1976 y que duró hasta 1983, año en que regresó la democracia.

Asimismo, distintas agrupaciones de derechos humanos, políticas y culturales se congregaron a las 18 horas para marchar hacia la Plaza de la Memoria ubicada en Av. Soárez y Carlos Gardel de nuestra ciudad donde leyeron un documento (ver página 7) y plantar un árbol (ver aparte) amén de recordar a las desaparecidos chivilcoyanos.

El orador principal fue Eduardo Felipe Luis Vallese, hijo de Felipe Vallese, encargado de narrar la historia de su padre.

“Felipe Vallese fue el primer detenido desaparecido por las fuerzas policiales entre la combinación de la policía de la Provincia de Buenos, específicamente de la regional San Martín con la Policía Federal.

Felipe vivía en Flores, era trabajador metalúrgico, estaba en la empresa TEA de la calle Caracas Nº 940, fue uno de los fundadores de la JP junto a otros compañeros, perteneció a la resistencia peronista, era militante, peronista de la primera hora e hizo mucho como delegado de la Unión Obrera Metalúrgica en su fábrica.

Hizo muchas gestiones para llevar los derechos a sus compañeros que eran solamente 40 como calzado, ropa, ficha de entrada y salida conjuntamente con el reloj porque en aquella época sabían el horario de ingreso pero no el de salida después cuando llegaba el momento de la liquidación de su jornal, de las quincenas de cada trabajador les dibujaban cualquier cosa.

Felipe logró organizar y establecer esas pautas con los dos dueños de las fábricas, después les consiguió los cofres para poder guardar sus pertenencias, posteriormente el alimento porque el trabajo era insalubre teniendo en cuenta que trabajaba la fábrica 24 horas diarias, divididos en tres turnos de ocho y Felipe trabaja de noche ingresaba a las 23 yéndose entre las 7 y 8 de la mañana.

Felipe cuando entra a la fábrica tenía solamente 17 años y apenas entró los mismos compañeros lo nombraron delegado pero no podía al no tener 18 años, sin embargo, los propios compañeros lo cubrieron y fue delegado, renovando año a año su cargo como tal porque tenía compromiso, tenía palabra, se jugaba por sus compañeros, defendía los derechos de sus compañeros.

Además de ser delegado y militante, Felipe tuvo un hijo varón como quería, lamentablemente no fue un matrimonio con las pautas normales y casarse en el estado civil asimismo pasar por la Iglesia, tal vez fue una travesura pero nació un hijo a quien fue a buscar a la casa de la madre y se lo llevó con él.

No tengo nada en contra de mi madre que no la conocí, que no sé el nombre, que no tengo ninguna afiliación suya pero en base a las investigaciones que realizo a través de la secretaría de Derechos Humanos de la Nación y con dos testimonios que obtuve hace unos años atrás, pero no tengo el documento ni la prueba fidedigna, mi mamá con 16 años era hija de un militar, de un alto jefe de la Marina que trabajaba y tenía cargo en el Ministerio de Guerra en aquel entonces denominado el elefante blanco. Por eso la ruptura de ir a buscar a su hijo varón a la casa de la madre.

Encontré las pruebas, una tarjetita de comunión que presenté al Juzgado porque después de la desaparición de Felipe pase a llamarme Eduardo Felipe Luis De La Peña porque era el apellido de la compañera de militancia de mi papá, ella tomó el compromiso de criar a ese hijo de tres años nada más, llamada Elbia Raquel De La Peña.

Felipe tenía solamente 22 años, pido a los jóvenes que se comprometan que no solamente hubo un Felipe Vallese secuestrado, torturado y desaparecido sino que tuvimos más de 30 mil compañeros y compañeras desaparecidas. Cuando nombro a mi papá también los estoy invocando.

El motivo del secuestro de Felipe y la tortura era para que de el nombre de Alberto ‘Pocho’ Rearte, compañero de militancia peronista y delegado que supuestamente la Policía de la Provincia de Buenos Aires le había tirado dos cadáveres y un delator también dijo que había sido Felipe.

Mi papá entregó su vida y pagó con el silencio para no delatar a ese compañero, para no decir donde estaba ‘Pocho’ Rearte, a la vez también pagué por no tener a mi papá, por no tener a mi mamá, por no haberlo visto nunca cuando me recibí en la primaria, en la secundaria y nunca lo tuve físicamente, pero espiritualmente siempre a mi lado.

Cuando pienso en mi papá, todo lo que vivió, lo que sufrió, lo que dejó al movimiento trabajador, al movimiento obrero con su compromiso, con su lealtad, con su gestión, cómo no apoyar a la clase trabajadora, a todos los gremios, cómo no vamos a estar unidos porque no solamente Felipe luchó por el derecho a los trabajadores sino que lucharon nuevamente los 30 mil compañeros desaparecidos.

Cómo no vamos a sacar este país adelante con la clase trabajadora, con los docentes, con los jubilados, con los niños.

Tendría que estar personalmente con dolor, con bronca porque a mi papá no lo tuve por el peronismo, por los derechos de los trabajadores, por ser delegado, por la U.O.M. y sin embargo, no es así sino que me siento orgulloso porque seguiré luchando para que aparezcan todos los nietos porque estoy comprometido con la causa de la misma manera que lo estuvo mi papá.

Estoy orgullo que a lo largo y a lo ancho del país se implante una bandera llamada Agrupación Felipe Vallese, movimiento Felipe Vallese, quienes tendrán todo mi apoyo porque Felipe Vallese es el nombre de los 30 mil compañeros desaparecidos.

Por último, agregó que de las historias que le llegan vía redes sociales: “Me conmovió lo sucedido con un chico de 15 años, lo secuestraron en Avellaneda y lo torturaron exigiendo que diga cuáles eran sus compañeros que estaban en la militancia, pero como no abrió la boca lo masacraron a golpes, lo llevaron a la Esma, lo subieron a los aviones y arrojaron al río.

Estas cosas no las podemos permitir nunca más porque ese chico de 15 años puede ser el hijo de cualquiera de nosotros”.

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