David Hughes “Argentina logró por el precio, pero también por la calidad, penetrar en muchísimos mer
- dlcchivilcoy
- 2 sept 2019
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En nuestro país, la superficie de trigo aumentó considerablemente luego de períodos de baja intención de siembra a principios de esta década. Por ello, se vislumbra una cosecha récord, teniendo en cuenta que se trata del segundo año con la mayor superficie implantada con una estimación de 6.600.000 hectáreas sembradas, que debe ser impulsada por mayor calidad, tomando en cuenta la gran oportunidad histórica que tiene el cereal en todo el mundo.
En ese sentido, La Campaña dialogó con el presidente de ArgenTrigo, el productor agropecuario David Hughes, quien sostuvo que el sector apunta a producir con cantidad y calidad en la presente campaña.
En principio, Hughes comentó: “El clima está acompañando y el productor como siempre que se esmera por hacer las cosas bien realizando un buen trabajo sembrando muchísimas hectáreas en tiempo y forma. Si el clima sigue acompañando y en octubre tenemos un buen mes seguramente cerraremos otro muy buen año con el cultivo”.
“El trigo es un cultivo que el productor sabe hacer y sabe hacer bien; dándole espacio, dejándolo producir, dejándolo vender, dejándolo trabajar bien el productor responde y es aquello que ocurrió en estos últimos años con muy buenos precios”, señaló.
Y agregó: “Actualmente el precio bajó un poco, no es excepcional pero sí un buen precio que y con un buen rinde ayudará al productor a seguir mejorando su negocio.
“El mercado futuro marca un equivalente de 160 dólares para la cosecha, quien desee tomar el precio hoy puede ir al corredor, al acopio, a la cooperativa y tratar de cerrar precio por una parte de la cosecha porque no es malo”, consideró, y añadió: “En relación a las variables de nuestro querido país, la macroeconomía no tengo ni idea que ocurrirá aunque espero se estabilice pronto por el bien de todos”.
-¿Cómo estamos hoy en el mundo?
-Se están abriendo constantemente nuevos mercados, Argentina aproximadamente exporta el 8 por ciento de lo que se mueve entre países en el mundo. No somos muy importantes pero tampoco insignificantes.
En el hemisferio Sur sí somos muy importantes haciendo un aporte muy valioso. Ocurre que en los años que estuvimos fuera del mundo, crecieron muchísimo los países del denominado Mar Negro, Ucrania y Rusia específicamente, debido a que entre ambos países tienen cerca del 35 por ciento del comercio mundial y son muy agresivos con el precio.
-¿Cómo se logró llegar a nuevos mercados?
-Argentina logró por el precio, pero también por la calidad, penetrar en muchísimos mercados y donde se volcó fuertemente es al Sudeste Asiático haciendo muy buen papel llevando trigo con la calidad deseada porque cada país tiene distintas especificaciones.
Actualmente estamos por encima de 45 destinos distintos: Brasil que es el principal comprador continúa siendo muy importante, así que estamos abasteciendo a muchísimos mercados y aporta la fluidez de poder vender la exportación, mientras que, la exportación siempre está ávida de trigo para seguir vendiendo.
-¿Qué implica ser considerados afuera?
-La manera de poder crecer como país es vender cada vez más fuera para traer dinero fresco y mejorar el movimiento económico en las localidades trigueras. Hacer mucho más trigo significa más movimientos de camiones, de fletes, de servicios, de fitosanitarios, de cosechadoras, de contratistas, más en las localidades rurales del interior; es bueno, es sano y cuanto más podamos crecer de esta manera será mejor para el país.
-¿Ventajas de hacer trigo?
-El trigo tiene la ventaja que no compite con otro cultivo, puede ir ganado más superficie, va bien y además tiene muchísimos beneficios que involucra también la mano de obra cuando ya no hay mucho trabajo en el sector agropecuario, es noble y ayuda al suelo, tiene muchos beneficios y es bueno que podamos seguir sembrándolo y apostando por el.
-¿Se nota ese crecimiento?
-Es el segundo año de mayor superficie implantada con 6.600.000, es un muy buen número después de la siembra de hace algunos años que superó las 7 millones de hectáreas. Seguir creciendo favorece a la agroindustria y al país también.
Se ha ido recuperando un montón. Antes del 2005, 2006, 2007 llegamos a sembrar 7 millones y pico de hectáreas. Todavía podemos seguir mejorando mucho. El productor sabe hacer trigo, el molinero sabe hacer harina, el exportador sabe exportar; el conocimiento está. Las señales de mercado están llegando a los mercados institucionales, están volviendo a funcionar muy bien, se están incrementando la cantidad de contratos que hay en el mercado futuro.
-¿Desafíos a futuro?
-Los desafíos que tenemos hacia delante es que el productor al llegar a tantos mercados distintos debería prestar un poco más de atención a aquello que viene haciendo en relación a la utilización de los fitosanitarios más cerca de la cosecha y en almacenaje porque a muchos de los países que estamos llegando son más quisquillosos en cuanto a la detección de rastros de los fitosanitarios usados.
También tenemos pendiente una ley de semillas donde se pueda retribuir la inversión en genética nueva tratando de mejorar el trigo así tener luego un progreso en rinde y en calidad.
-¿Porqué no sale la ley de semillas?
-Si realmente se piensa en retribuir y reivindicar el trabajo con respecto a la inversión que están haciendo todos los semilleros de trigo que la mayoría son argentinos como Klein que está cumpliendo cien años y no se quiera reconocer me cuesta entender.
Hay gente que piensa distinto, lo sé, pero me parece que como país, como sociedad, tenemos que reconocer esa inversión, esa materia gris de investigadores argentinos que estudiaron en el país y se quedaron para mejorar nuestro trigo.
-¿Nuevas variedades?
-Tener variedades resistentes a enfermedades significa que tendremos menos uso de fitosanitarios que les conviene a todos porque es menos costo, un lugar donde como sociedad podemos ganar como industria, como cadena, pero hay algunos que todavía lo retacean, tendrán sus razones o excusas que no comparto lógicamente.
Necesitamos que los semilleros consigan esa genética pero no a pérdida así que estamos con esta preocupación principal y nos pone límites a poder seguir creciendo en cantidad por hectárea y calidad así llegar a distintas regiones.
-¿Qué pide el mundo hoy?
-El mundo cambió muchísimo, evolucionó y en relación a calidad existen muchas distintas e incluso distinto tipos de trigo porque cada uno consume diferentes clases de pan como negro, con semillas, sin semilla, blanco, lactal…un montón de opción e irán apareciendo cada vez más que se surge a partir de la genética para que el molino pueda hacer una harina distinta y cuando vayamos a la panadería tengamos diferentes productos.
Al llegar a mercados nuevos, que antes no alcanzábamos, tienen otras exigencias en relación a la parte sanitaria donde se destaca la tarea que realiza nuestro SENASA con el de otros países, pero como cadena pedimos que se preste más atención con el uso de los agroquímicos cerca de la cosecha para que no quede rastro en el grano y en el almacenamiento posterior así seguir llegando a cada vez más lugares en el mundo así tener un crecimiento sostenido en relación a la producción triguera.

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