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María Laura Razzari “La violencia de género no se puede solucionar por la vía punitiva, hay que lleg

  • Foto del escritor: dlcchivilcoy
    dlcchivilcoy
  • 11 nov 2019
  • 5 Min. de lectura

Ante reiterados hechos en Chivilcoy de personas detenidas por el delito de Desobediencia incumpliendo medidas cautelares vigentes a favor de sus exparejas, en algunos casos con amenazas y lesiones incluidas, decidimos consultar a María Laura Razzari tratando de encontrar una explicación a la reiteración de estos hechos en ciudadanos que son reincidentes en tal cuestión.

Al dialogar con Radio del Centro, la Presidenta de la Asociación Civil Maltratocero en principió comentó: “Hay varios niveles de explicación, ante todo es multifactorial y todos los factores están atados a un mismo nudo”.

“Sabemos que estamos trabajando sobre una transformación cultural y también de orden político cuando abordamos la problemática de violencia de género que tiene doce mil años de antigüedad y los cambios no se verán en forma inmediata”, dijo, y agregó: “por eso que nos sintamos tan preocupados ante el hecho de contar con avanzadas jurídicas importantes, con leyes importantes que atienden a la protección de las víctimas de las cuales se desprenden las medidas cautelares como, por ejemplo, una exclusión o restricción perimetral, sin embargo éstas no alcanzan”.

“Las medidas no alcanzan por muchas razones: en primer lugar, normalmente decimos entre las compañeras del feminismo, no hay perspectiva de género en la comisaría ni en la justicia tampoco en la política”, señaló.

E indicó: “Generalmente, ante la falta de la perspectiva de género, se habla de la capacitación a los docentes, al personal de salud, al personal del ámbito de la seguridad, de la justicia para que se dé cumplimiento efectivo a las normativas para que estos problemas como la violación de los perímetros no ocurran”.

“Aunque personalmente sostengo que la capacitación no alcanza porque la reincidencia tiene que ver con un entramado de complicidades”, consideró, y en tal sentido afirmó: “Cuando un señor puede violar el perímetro reiteradamente y acceder a la víctima existiendo una sentencia judicial indicando que no puede acercarse a una persona y a sus allegados por un determinado tiempo y metros, más las especificaciones que hace una medida cautelar con restricción perimetral”.

“Sin embargo, se viola la medida sistemáticamente y en una enorme cantidad de oportunidades puede terminar en femicidio. Por lo tanto, existe un entramado social de complicidades para que suceda, mucha gente que no está prestando atención a la problemática y no está respondiendo”, subrayó.

Seguidamente, Razzari expresó: “Hay toda una sociedad que está comprometida en la normalización de las violencias y parece que el violento al arrepentirse deja de ser peligroso para la policía que lo controla, para el juez, para la jueza, para los abogados y el sistema de seguridad. Es un problema cultural”.

“El Código Procesal Penal establece a que al agresor hay que tomarlo infraganti mientras comete el hecho porque caso contrario no alcanza la palabra de la víctima comunicando que se violó el perímetro para que ésta termine en una detención efectiva”, explicó.

Asimismo, aseguró: “La problemática de violencia de género no se puede solucionar por la vía punitiva; es decir con la sanción, el castigo, de llevar a un violento preso ya que evidentemente nunca será el camino porque habrá más agresores dentro de la cárcel, serán las cárceles más grandes que las ciudades porque estamos metidos en un modelo cultural que normaliza las violencias”.

“El camino tiene que ser el de llegar antes que el problema de la violencia porque cuando la violencia ya está instalada nos ganó. Cuando existe un agresor con un perímetro la violencia ya nos ganó”, enfatizó.

Asimismo, Razzari adujo: “La tarea es la prevención que el estado no está desarrollando debidamente, no estoy hablando de Chivilcoy sino a nivel nacional e internacional ya que la problemática es global, como el acompasamiento a las mujeres en situación de violencia”.

“Muchas veces las propias mujeres se sienten tan acorraladas por los agresores dando de baja a las medidas cautelares, al estar en un estado que se llama de subjetividad arrasada, sin poder evaluar el grado de peligrosidad en el que están viviendo, no pueden evaluar el nivel de riesgo habilitando al agresor para que se acerque a su domicilio”, consignó.

Además, puntualizó: “También precisan asesoramiento, resguardo jurídico y asistencia emocional para que puedan cuidarse, aprender a protegerse porque cuando una mujer vive mucho tiempo en situación de violencia aprende a ser muy autodestructiva, a tomar malas decisiones en virtud de la convivencia con el maltratador”.

“Todo tiene que ver con una transformación muy profunda que no da para enojarse con nadie, ni pensar que la transformación cultural se dará simplemente por el hecho de ir a taller de capacitación”, mencionó, y remarcó: “Tener perspectiva de género o no tenerla, construirla o no construirla, es un posicionamiento tanto ético como político ante la cuestión de Derechos Humanos, no es una cuestión de capacitarse o dejar de capacitarse”.

“Si un violento reiteradamente viola una medida cautelar y no hay una respuesta por parte de los actores intervinientes en el caso, no pasa únicamente por una cuestión de formación o capacitación sino que culturalmente nuestra sociedad tiene muy poco apego a la defensa de los Derechos Humanos y a la protección de las personas en condición de vulnerabilidad también al principio jurídico básico de protección del más débil”, sostuvo.

-¿Qué sucede con el sistema de denuncias?

-El sistema de denuncia fracasó, es muy duro decirlo pero no soy la única que lo está diciendo y no prospera por una cuestión muy básica: cuando un agresor está decidido a tomar como presa a una mujer víctima de violencia de género la atacará de todos los modos posibles.

Cuando vamos a la justicia empezamos haciendo una denuncia y al ingresar, dependiendo de la situación, la misma puede pasar por distintos fueros pero puedo asegurar que en la vida de una víctima de violencia de género no hay fueros sino la vivencia de la violencia.

El sistema de denuncia fracasa porque la ley nacional 26.485 que es para la sanción y erradicación de la violencia de género plantea que todas las causas que tenemos las mujeres víctimas de violencia de género contra nuestros agresores deben ser contempladas de modo conexo, más allá de los fueros que tramiten esas causas.

-¿Serviría de algo trabajar con los agresores?

-Hace muchos años expresé que debíamos trabajar con los agresores, me encontré con mucha gente que tuvo la experiencia de hacerlo y los resultados fueron muy malos por no decir ninguno, pero como la transformación avanzó en la visibilización de la problemática, más encuadres jurídicos, arrojó algunos resultados.

Con algunos varones, sin poder estandarizar, se podría trabajar para que descubran cómo este sistema cultural y social también los oprime, así empezar a tomar conciencia de las incomodidades que implica ser un varón en término machista.

Estoy absolutamente convencida que si empezamos a trabajar con los varones que se empiezan a incomodar por los lugares que les implica el patriarcado podremos lograr grandes avanzadas.

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