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Alimentación saludable “El inconveniente principal es el acompañamiento, no la pasta o la harina en

La expresión corresponde a la licenciada en nutrición, Gisela Butti, a través del programa ‘INTA en la Radio’, aduciendo que tanto en el consultorio como en las redes percibe la preocupación de las personas por el consumo de hidratos de carbono y harinas.

Ante todo, Butti se encargó de aclarar que no es lo mismo harina que hidratos de carbono.

“Hidratos de carbono tienen las frutas y las verduras, no son malos sino sumamente necesarios para aportarnos las energías diarias que nuestro cuerpo necesita”, sostuvo.

Seguidamente se encargó de desmitificar el concepto que las harinas son malas, “‘si engordo es culpa de la harina, si estoy hinchada es culpa de la harina’, siempre es la culpable de todo”, señaló la nutricionista.

En tal sentido, recomendó consumir harinas las integrales, y explicó: “Llamamos harinas integrales a las que tienen el grano completo desde la parte del germen hasta la cáscara”.

“Existen recetas con otras clases de harina que no sean las de trigo como las de mijo, legumbres como garbanzos, soja, lenteja; harinas que contienen mucha proteína y minerales beneficiosos, mucho aporte de fosforo y vitamina ‘E’”, consignó.

E indicó: “Suelen utilizarse mezcladas para poder lograr aquello que se obtiene únicamente con la harina de trigo, debido a que éstas no tienen gluten y son aptas para celíacos”.

“La celiaquía requiere de una exigencia muy metódica en la cocina, muy estricto, que no haya contaminación con ninguna harina que contenga gluten”, puntualizó.

Además, expuso: “En la base de los alimentos que sabemos no son saludables lo malo no es tanto la harina en sí sino que se mezcla con mucho sodio como sal, grasa, manteca, crema, azucares. Esa combinación es la que no está buena, pero la harina en sí misma no es tan mala”.

“No obstante, podemos sacar la harina refinada y reemplazarla por otra clase de harinas con las que se pueden hacer los mismos productos en relación a la harina de trigo e ir mejorando la calidad de las preparaciones que elaboramos”, subrayó.

A este respecto, precisó: “Se tiene actualmente más acceso a estas harinas a partir de las Dietéticas y mucha variedad también. Siempre hay que informarse bien con un profesional qué utilizar, no solamente aquello que dice Internet”.

“En el inicio de la cuarentena se había agotado la levadura, harina, huevos porque muchas personas aprovechaban el tiempo para cocinar y está bien”, mencionó, pero esgrimió: “puede hacerse algo rico aunque un poco más saludable con harinas integrales, legumbres, almidones como el de maíz aunque para desarrollar algún panificado hay que mezclarlo con alguna harina”.

En relación a las pastas, Butti especificó: “El agregado de la harina es el problema, igualmente que las pastas que también tienen mala fama pero no son en sí lo malo sino que les ponemos sal, queso rallado, el pan que acompaña, la bebida azucarada”.

“El inconveniente principal es el acompañamiento no la pasta en sí misma o la harina”, afirmó.

Por último, la licenciada resaltó: “Lo bueno ahora también es que al estar liberada la actividad física se puede hacer un gasto calórico al menos”.

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