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Vanina Magni “Nos cambio bastante la dinámica de trabajo, tuvimos que adaptarnos a modalidades nueva

EQUIRENE abrió sus puertas a medida que fueron recibiendo la habilitación los diferentes profesionales, de acuerdo a las áreas de trabajo. Kinesiólogos, terapistas y fonoaudiólogas que fueron obteniendo diferentes autorizaciones y en distintos momentos, de acuerdo a la fase en estaba Chivilcoy dentro de este contexto de cuarentena.

EQUIRENE cuenta con la modalidad de atención individual e interdisciplinaria, con una mirada integral los pacientes, para favorecer su máximo potencial.

La atención del paciente con patología neurológica requiere de una formación especial y justamente un equipo Interdisciplinario se ocupa de la Rehabilitación Neurológica..

A este respecto, Vanina Magni comentó: “Los primeros habilitados fueron los kinesiólogos, con un protocolo que determinó el Colegio de Kinesiólogos, donde se respetan todas las medidas de bioseguridad”.

“En el caso de EQUIRENE, tenemos kinesiólogos que hacen abordajes diferentes al kinesiólogo convencional, son tratamientos individuales. Hay un profesional que atiende haciendo la especialidad de quiropraxia, el Lic. Cabral, quien tiene todas las medidas establecidas por el Colegio de Quiroprácticos”, señaló, y agregó: “Estamos trabajando a un 30 por ciento aproximadamente del caudal de pacientes que habitualmente atendemos”.

“Después, comenzamos las terapistas con un permiso de la Municipalidad para atender pero nos hemos tenido que adaptar a la situación de que el paciente no quiera ir. Por eso, las terapistas estamos yendo al domicilio de algunos pacientes”, explicó.

E indicó: “Atendemos tanto adultos como pediátricos. En el caso de los adultos son los que más miedo tienen, entonces estamos también resguardando y teniendo en cuenta lo que le pasa a cada persona. El paciente no quiere recibir personal externo en su domicilio y lo tenemos que aceptar y se suspende el tratamiento”.

“Tuvimos que adaptarnos a modalidades nuevas como es lo virtual. Por ejemplo, las fonoaudiólogas y las psicólogas han implementado el abordaje virtual con los pacientes que pueden porque hay patologías que no te permiten; el paciente quizás no puede conectarse, no puede seguirte a través de una pantalla. En cuanto a los adultos, no todos tienen el manejo de lo tecnológico así que, estamos trabajando bastante menos”, remarcó la terapista.

Seguidamente, expresó: “Lo que tiene que ver con el consultorio, lo estamos haciendo con las medidas de bioseguridad; tenemos el felpudo con lavandina, el paciente viene, entra se descalzo, la higiene de manos tanto del paciente como de los profesionales, tapaboca, antiparras, higienizamos permanentemente la zona de trabajo con alcohol”.

“Estamos habilitados a trabajar desde las 9 de la mañana hasta las 20. No nos cambio demasiado, antes estábamos desde las 8, sólo se cambió un turno”, añadió.

“Además, nos tuvimos que reorganizar porque somos 14 profesionales y no nos encimamos entre nosotros. Armamos un plan horario donde si está trabajando uno no está el otro profesional, tratamos de evitar que haya más de dos profesionales”, consignó.

Asimismo, precisó: “La sala de espera no existe más, el paciente o espera afuera o tiene que venir puntualmente en su horario, no puede estar en lo que era la sala de espera. Los chicos que van con sus familias los dejan y se van; los adultos van sin acompañante. Solamente hay una silla en el ingreso, donde el paciente se saca el calzado y la campera, nada más”.

“Nos cambio bastante la dinámica de trabajo. Tenemos muchos pacientes que son de ciudades vecinas y que no pueden viajar entonces, en mi caso los sigo por teléfono. Hablo mucho con la familia o con los cuidadores, asesorándolos sobre de qué manera pueden continuar con alguna actividad”, espetó, y acotó: “Les pregunto cómo se sienten, hacemos muchísima contención emocional tratando de calmarlos, de que la ansiedad no les juegue en contra; les pregunto cómo la vienen llevando, qué cosas nuevas hicieron, qué se animaron a hacer, uno les puede sugerir ideas”.

“Puntualmente me pasó algo, por primera vez en mi vida profesional hice un tratamiento de forma virtual. Una señora que vive en un hogar donde no podemos ingresar, tuvo un ACV y no pude ingresar para hacer su rehabilitación. Con una muy buena predisposición de la dueña del hogar de poner su dispositivo tecnológico para que se comunicara conmigo y a través de la pantalla hice la rehabilitación de la paciente durante tres meses”, relató Magni.

A este respecto, mencionó: “Nos comunicábamos dos veces por semana y estoy a punto de dar el alta. Fue una experiencia nueva y que pudimos lograr, eso es lo lindo. Una persona de 82 años que se adaptó a esto nuevo, que no te tocan y es todo por teléfono. Fue una experiencia hermosa para mí”.

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