A 190 AÑOS DE LA USURPACIÓN DE LAS ISLAS MALVINAS, GEORGIAS DEL SUR Y SANDWICH DEL SUR
DISTRAÍDOS
Así como hoy casi todos estamos distraídos pensando en las vacaciones, las cosas que nos quedaron pendientes del año anterior y las que nos esperan este año, más nuestras cuestiones personales y las cuestiones derivadas de la realidad política, económica y social que nos toca vivir. Lo mismo le ocurrió a nuestros antepasados en 1833, los cuales además de sus cuestiones personales estaban preocupados por la guerra civil entre unitarios y federales e incluso en los enfrentamientos entre distintos grupos de federales: los Lomos Negros o Cismáticos que defendían un federalismo sin la presencia dominante de Juan Manuel de Rosas y los federales Netos o Apostólicos que adherían con fervor a la figura de Rosas y lo consideraban el único líder de esa corriente de pensamiento y el único capaz de gobernar eficazmente a nuestro país.
En esos años de guerra civil fueron usurpadas las islas Malvinas. Las que habíamos heredado de España junto con las islas Georgias del Sur y Sandwich del Sur y de las cuales estábamos legalmente en posesión, cuando el 31 de diciembre de 1831 el capitán Silas Duncan de la Armada de los EE.UU. al mando de la fragata Lexington destruyó y saqueó la colonia que con autorización del gobierno argentino había establecido Luis Vernet en Puerto Soledad. La excusa fue que este había apresado un buque estadounidenses que estaban pescando ilegalmente en aguas argentinas. Su ataque fue una medida de represalia por haber Luis Vernet intentado hacer respetar nuestra soberanía. El daño causado fue irreparable, pues Duncan arrasó con la colonia y, a partir de ese momento los Estados Unidos comenzaron a desconocer la soberanía argentina sobre los mencionados archipiélagos australes y se manifestaron dispuestos a reconocer la soberanía británica sobre las islas y sus adyacencias a cambio de un permiso de libre pesca. El embajador de los EE.UU. ante el gobierno de Buenos Aires escribió que el Reino Unido “no podrá renunciar a un derecho de carácter tan elevado y tan bien fundado como el suyo a favor de esta insignificante nación [Argentina] para que sea utilizada con fines de piratería”. Por su parte el gobierno de los EE. UU. Aprobó lo actuado por Duncan y nunca indemnizó a Vernet ni a la Argentina por los daños ocasionados. La destrucción de la colonia abrió el camino para la usurpación británica.
Después de la devastación y que el capitán Duncan se fuera Rosas que estaba ejerciendo su primer mandato como gobernador de Buenos Aires y Encargado de las Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina (1829-1832) realizó ante en el gobierno de los EE.UU. que estaba presidido en ese momento por Andrew Jackson (1829-1837) los reclamos pertinentes, resaltando el hecho de que Argentina y ese país. estaban en paz. Sin embargo, ni él, ni ningún gobierno argentino posterior obtuvo reparación por este reclamo.
Vernet trató de reconstruir la colonia y para ello pidió ayuda económica al gobierno sin obtener respuesta. No obstante, el gobierno argentino tomó algunas medidas: El 10 de septiembre de 1832 el Ministerio de Guerra y Marina nombró al sargento mayor de artillería, José Francisco Mestivier Comandante Civil y Militar interino de las Malvinas y sus Adyacencias y Juan Manuel de Rosas dispuso el envío de una fuerza militar al mando del sargento mayor José María Pinedo con la goleta “Sarandí”. El 8 de octubre de 1832 arribaron a las islas. Desembarcaron en Puerto Soledad el gobernador Mestivier con cincuenta soldados, junto con sus familias. Esta reducida guarnición incluía a algunos criminales condenados a servir en el Ejército y también había algunos hombres con experiencia en la región que habían acompañado anteriormente a Vernet. El 21 de noviembre la “Sarandí” salió a patrullar y encontró al buque lobero estadounidense “The Sun”, el que fue obligado a retirarse. Su capitán se dirigió a Montevideo donde la legación de su país lo alentó a ignorar las órdenes argentinas y el comandante de la Lexington afirmó que si era necesario volvería a las Malvinas y capturaría a la “Sarandí”.
El 30 de noviembre de 1832 mientras la “Sarandí” patrullaba, el gobernador Mestivier perdió la vida luchando contra un grupo de sublevados. El motín fue sofocado por la tripulación francesa del buque ballenero “Jean Jackes” donde se refugió la viuda de Mestivier. Pinedo regresó el 30 de diciembre sofocando definitivamente el motín y encarcelando a los responsables del mismo. El 2 de enero de 1833 entraron en el puerto las corbetas británicas “Tyne” y “Clío”. Esta última comandada por el capitán John Onslow quien le manifestó al comandante argentino que tenía órdenes de ocupar las islas en nombre del gobierno británico y le dio un plazo de veinticuatro horas para arriar la bandera argentina y proceder a la evacuación. Pinedo protestó, recibiendo por toda respuesta de parte de Onslow que le remitiría sus instrucciones por escrito.
Pinedo al principio pensó resistir, pero viendo que sus fuerzas eran inferiores en número y que muchos de sus marinos eran mercenarios británicos, no confió en ellos y decidió retirarse. Se negó a arriar el pabellón argentino. Que fue arriado por los británicos quienes se lo entregaron a él. Era el 3 de enero; la usurpación quedó consumada. Pinedo regresó a Buenos Aires el 15 de enero de 1833 y fue sometido a una corte marcial por no resistir la usurpación. Él alegó en su defensa que no tenía instrucciones sobre lo que debía hacer ante una situación así. Estuvo a punto de ser fusilado primero y expulsado de la Fuerza después. Finalmente el fallo que lo declaraba culpable fue anulado debido a irregularidades de procedimiento y cuatro meses más tarde volvió al servicio.
No todos los pobladores argentinos fueron expulsados en esa oportunidad, por eso el 26 de agosto de 1833 un grupo de ocho peones conducidos por el gaucho entrerriano Antonio Rivero, se sublevó y atacó a los encargados de un establecimiento de la isla Soledad. Luego, arriaron la bandera inglesa e izaron la argentina.
A principios de 1834, dos buques británicos llegaron a la isla para volver a usurparlas y organizar un escuadrón armado para capturar a los gauchos.
Apresados y engrillados, los peones fueron trasladados al Reino Unido para ser juzgados. Pero un juez determinó que los hechos que se les imputaban no se habían producido en territorio británico (lo que implica un reconocimiento de nuestra soberanía sobre las islas) y por ello determinó que fueran liberados y llevados a Montevideo.
Como sabemos un operativo militar en 1982 fracasó en su intento de recuperar las islas y desde esa fecha hasta el presente nuestro país a reiniciado los reclamos diplomáticos, mientras nos acercamos al triste bicentenario de la usurpación, que se producirá el 3 de enero de 2033, sino las recuperamos antes.
Rubén Osvaldo Cané Nóbile
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