“Cuando hablamos de salud mental tenemos que poder observar al sujeto en un contexto, en el vínculo con los otros, en la relación consigo mismo; todas esas áreas no darán una impresión general"
- dlcchivilcoy
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En estos tiempos mucho se habla de Salud Mental pero qué se tiene en cuenta para su evaluación?, qué clase de problemáticas abarca para emitirse un diagnóstico?, los cambios o pérdidas que atravesamos en la vida cómo afectan en tal sentido?, preguntas que buscamos responder con la licenciada en Psicología, Florencia Nanini.
En una entrevista que realizamos en Radio del Centro con la profesional, nos diferenció también esos momentos de crisis vitales que atravesamos los seres humanos que son necesarios en relación a aquella angustia a la que debe encender las alarmas ante cambios de conductas o un aislamiento extremo de una persona, entre otros factores.
-¿Qué se tiene en cuenta en la evaluación?
-Cuando recibo un paciente observo la impresión general, si está vital y cómo está su cuerpo físico, observo un poco su energía, si viene muy atormentado y como están sus pensamientos, podemos pensar que tenemos varios cuerpos: uno biológico, uno emocional, un sistema psíquico que no abarca solamente lo que pensamos, que es muy importante, si no que tenemos muchas otras áreas. Cuando hablamos de salud mental y salud en general tenemos que poder observar al sujeto en muchas áreas que puede ser en un contexto, en una ciudad, en el vínculo con los otros, en la relación consigo mismo; todas esas áreas no darán una impresión general de cómo está personas.
También es importante conocer su desempeño laboral, si tiene proyectos o no los tiene, proporcionándonos información en relación a su estado de salud.
-¿Está bien que nos atraviesen crisis?
-Las personas a lo largo de la vida tendremos momentos que son crisis vitales, naturales y necesarias donde conocerlas es interesante: cuando un bebé deja de serlo para convertirse en un niño o pasa a ser un adolescente, un adulto. Tenemos autores expresando que la pubertad no siempre deviene en adolescencia porque son momentos evolutivos, cuando una persona termina la escuela, empieza o es despedido de un trabajo, termina una relación de pareja, crece, tiene que mudarse, fallece un familiar, son momentos que las personas solemos atravesar pero son tan evolutivos como necesarios, algo tiene que pasarnos y si bien se moviliza un poco de angustia hay que hacer la distinción entre lo que sería la esperable y necesaria para el crecimiento como asimismo aquella que como sociedad nos tiene que llevar a prestarle más atención tanto padres, docentes, profesionales de salud para tomar esa información.
-¿A qué angustias debe prestarse mayor atención?
-Sentir ganas de llorar, tener emociones, el niño que se porta un poco mal, tiene algún síntoma también es salud mental debido a que es la forma de estar vivos debido a que sentimos emociones, nos pasan cosas, estamos un poco tristes, podemos estar enojados. No obstante, cuando esos estamos se instalan con una tristeza que no se va y no permite que la persona se higienice, se relacione, trabaje, se nota un cambio muy abrupto en la conducta de un niño quien venía desarrollándose con naturalidad pero de golpe pierde el control de esfínteres, comienza a tener muchos problemas en la escuela o un adolescente con un aislamiento extremo, ahí tenemos que mirar de otra manera y probablemente ya se requiera de una intervención profesional. Tenemos que poder distinguir esas crisis vitales necesarias y evolutivas en relación a aquello que requiere de otro tipo de intervención.
-¿Nos cuesta más afrontar las pérdidas que rompen los ciclos naturales?
-Los orientales están muy entrenados en cuestiones de la muerte pero los occidentales queremos negar una parte debido a que nos preparamos para los nacimientos pero no para las muertes que todavía las negamos, nuestras mentes las asocia con personas mayores pero la realidad es que todo el tiempo fallen personas de distintas edades pero no se está preparado para admitir que se pueda ir un niño, son rupturas en las creencias entre el pensamiento y el deseo donde en ocasiones los duelos llevan su tiempo y hay quienes se estacan teniendo que acompañar muchísimo a esas familias. Además de los tratamientos psicológicos donde hay herramientas para el duelo es encontrar un propósito de vida a través de sus creencias o intereses porque sostendrán muchísimo cuando hay dolores que el aparato psíquico no los puede tramitar al irrumpir en una familia.
-¿Reciben más derivaciones de pediatras?
-Actualmente los pediatras están más abiertos y cuando notan una situación que requiere de una intervención piden una interconsulta, tenemos a las escuelas que son muy importantes porque si bien no van a diagnosticar sí van a observar, estar atentas a partir de su equipo de orientación escolar integrado por un algún psicólogo o psicóloga provocando que haya más consulta. También tenemos una sociedad que se encuentra en continúa transformación con algunos aspectos que pueden ser más o menos convenientes generando que agudicen problemáticas que antes no estaban y consultar terminan siendo importantes para trabajar en prevención.
-¿Qué uso se hace de la tecnología y cómo nos afecta en materia de salud mental?
-Cuando es permanente, pacientes expresándome que les saca tiempo y en lugar de dedicarse a su proyecto están todo el tiempo mirando las redes que se convierte en un exceso empezando las personas a medir su importancia o su valor por cuanta gente las sigue, cuanta gente les pone un like y la identidad comienza a construirse en tal sentido. No podemos negar ni quitar las redes sociales y de hecho, en pandemia creció la depresión infantil donde una de las intervenciones que hicimos para evitarla fue que los nenes se comuniquen a través de teléfonos celulares o juegos para que haya una interacción, ahí actuó como una herramienta. Ahora, cuando a los niños desde muy chicos se les da el teléfono siendo la única interacción, la estructura psíquica empieza a acostumbrarse al hecho de tener satisfacciones inmediatas, generar una dopamina todo el tiempo, no nos acostumbramos a procesos que implicar frustración que en la vida física ocurre pero en la tecnología no está debido a que podamos hacer distintas acciones sin parar y lleva a que surjan procesos psicológicos que no estamos entrenando tanto. No necesariamente lo de antes era mejor pero sí hay que se conscientes del uso que dará a la herramienta que tenemos disponible porque si en los chicos la única interacción o estímulo es una red social tendremos determinadas estructuras psicológicas con funcionamiento establecido.
-¿Cómo influye en niños y adolescentes los nuevos dispositivos, las pantallas?
-En la clínica me encuentro a muchos niños y adolescentes solos, cuya única interacción es el teléfono ante la ausencia de sus mayores; en esas edades el contacto, aunque los chicos marquen el límite o no quieran hablar, con los cuerpos disponibles y presentes son necesarios para la estructuración de esa subjetividad. Algunos se abren más y otros no aunque soy muy respetuosa del proceso de cada uno, el niño se engancha mucho más porque es un ser lúdico aunque los adolescentes son más reticentes hasta que dicen sí, lo piden. Por eso, siempre conviene armar dispositivos flexibles donde puedan comunicarse, tomar el espacio cuando lo deseen, hacer orientación a padres, hay muchas formas de acompañar. En clínica de niños y adolescentes, el trabajo también es con los padres porque debemos tener en cuenta a toda la estructura familiar con síntomas que aparecen y vienen a reflejar algo de ese sistema familiar en esas etapas e incluso me animo a decir que hasta los 20 años, el cuerpo del hijo va mostrando elementos de la estructura familiar.
-¿A qué lugares se puede recurrir para pedir ayuda amén de los consultorios privados?
-En caso de detectar alguna dificultad con un hijo, con un vecino, con un sobrino o amigo en un momento difícil en cuanto a la disposición de recursos económicos y pagar un tratamiento privados pero hay muchas instituciones del estado que se pueden utilizar en el aspecto profesional en relación a la salud mental porque las urgencias se manejan con las guardias de los hospitales públicos que están abiertos y tienen equipos aunque para atender principalmente cuando la necesidad es extrema, caso contrario, están los CAPS para una consulta común con profesionales que atienden de manera gratuita, la ciudadanía tiene todas éstas posibilidades.






Excelente nota!! Un lujo leer y escuchar a Florencia