Cuando la cantidad de agua caída es mucha y en poco tiempo resulta muy difícil que un camino soporte aunque también hay desidia en distintos municipios al no cumplimentarse las obras correspondientes
- dlcchivilcoy
- 21 ago
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Las inundaciones en el centro oeste bonaerense siguen sin dar tregua y recrudecieron tras las últimas lluvias: según imágenes satelitales que analizaron en la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), 711.343 hectáreas en la región se encuentran bajo el agua o anegadas, lo que afecta a la producción agropecuaria.
De ese total, casi la mitad de la superficie se concentra en apenas tres partidos —Bolívar, Carlos Casares y 9 de Julio—, que reúnen unas 319.000 hectáreas afectadas, el 45% del área comprometida en los diez distritos relevados por la entidad ruralista.
A éste respecto, consultamos en Radio del Centro, al referente de CARBAP y ex presidente, Horacio Salaverri quien refirió: “La provincia de Buenos Aires tiene distintas cuencas y en algunos lugares se denominan endorreicas porque tiene muy poco drenaje de agua sin disponer de arroyos cercas o canalizaciones que perdida la salida provocando situaciones bastante complejas como puede ocurrir con Carlos Casares, Olavarría, Bolívar; las afectaciones son muy importantes donde el drenaje del agua es muy lento apareciendo lagunas en diferentes lugares porque el agua se estanca, no puede salir y se suma a la infraestructura vial que ésto produce siendo muy difícil transportar, todo es muy complejo y encima tuvimos otra caída de agua que cualquiera haya sido el milimetraje agravaría aún más la situación”.
Asimismo, consignó: “Seguramente en ciudades como Olavarría, Carlos Casares, Bolívar se restringió la siembra donde en gran parte de la superficie no se habrá podido implantar el trigo, ahora tendrán que estar evaluando la posibilidad de sembrar soja y maíz aunque esperemos que llegados a los meses de septiembre, octubre o noviembre estén las condiciones dadas, caso contrario, se convertirán en zonas improductivas”.
-Los campos inundados o anegados...¿características de terreno o falta de obras?
-Es una cuestión topográfica aunque pueden ser resueltas con un estudio completo y algunas obras hidráulicas para que la situación sea mejor en los mencionados distritos cuando llueve como asimismo obras viales en los caminos. En Carlos Casares, hubo una expresión no muy atinada del intendente en relación a que cuando algunos productores se acercaron a reclamar a la plaza principal de la ciudad para solicitar se realicen las obras correspondiente, lo único que dijo fue ‘recen para que no siga lloviendo’, no son expresiones acertadas para un jefe comunal si no que debe abocarse a la reparación de los caminos. No obstante, cuando la cantidad de agua caída es muy fuerte y en poco tiempo resulta muy difícil que un camino soporte pero también hay desidia en los trabajos, en distintos municipios, al no cumplimentarse las obras hídricas, hidráulicas y viales que permitan un mejor escurrimiento en los caminos.
-¿Las obras en el Río Salado se detuvieron?
-Las obras en el Río Salado no llevaban un mal ritmo si no que era bueno pero en el complejo proceso de la estabilización de la economía surge la confusión de la palabra llamada fideicomiso cuando es una condición técnica interesante para realizar una cantidad de obras como asimismo de emprendimientos comerciales y otros. En la consideración que todo fideicomiso es malo terminó generando una situación complicada y tenemos un cuello de botella en un tramo que recorre alrededor de 30 kilómetros entre Roque Pérez y 25 de Mayo en la traza del Río Salado que al no dragarse hace las veces de un embudo. Las obras del Río Salado llevan un movimiento de tierra que superan al canal de Suecia y de Panamá juntos al tener que recorrerse 500 kilómetros de la provincia de Buenos Aires para dragarlo, las obras tenían un buen ritmo con un importante escurrimiento pero cuando se hace un embudo de las características actuales todo se torna más complicado porque en la parte dragada el agua corre con una velocidad mucho mayor pero cuando se registre el paso, se genera un drenaje lento y significa que el agua se queda arriba o los costados empezando a inundarse.
Economía aplicada al agro
En tal sentido, preguntamos a Salaverri por la baja en las retenciones y la necesidad de obtener una mayor rentabilidad que redunde en una mayor producción para que al país puedan ingresar los dólares que están necesitándose.
Al respecto, el dirigente remarcó: “La baja a las retenciones anunciadas hasta fin de junio, posteriormente se quitaron aunque recientemente el gobierno nacional avisó que volverán a bajar el porcentaje en los derechos de exportación de forma permanente. Entendemos que, si bien es insuficiente, es el camino correcto y lugar por donde hay que ir, la intención que se bajen de forma permanente nos llena un poco de esperanza debido a que es totalmente necesario para que aumente la siembra como asimismo haya un mayor ingreso de dólares al país. Desde el primer día de su implementación, sostuvimos que las retenciones debían eliminarse y en todo caso, el gobierno nacional debería salir a explicar el por qué tomó la decisión que vayan quitándose de manera progresiva.
El hecho de bajar retenciones implica un ingreso mucho mayor de dólares porque además de sembrarse una mayor cantidad de hectáreas también se aplicaría un paquete tecnológico mayor al permitirlo la rentabilidad y aumentaría la producción por hectárea cuando ahora se está haciendo una siembra austera sin todos los componentes necesarios para que el rendimiento por hectárea sea superior.
Cuando se habla de reponer reservas en el Banco Central, no es otra cosa que reponer dólares y la forma más inmediata que tiene el país para que ingresen es a través de la exportación de la agroindustria que hoy comprende un 70%”.
¿Rentabilidad para una mejor producción?
En este momento, tenemos una baja de los precios internacionales y si a la caída de los precios de los commodities se le agrega una retención del 25o 26% indudablemente generamos una situación de falta rentabilidad en la soja y en el maíz, tratándose éste último de un cereal que tiene un costo de implantación muy alto con una inversión muy fuerte; si la rentabilidad no aparece se realiza un trabajo que no es malo pero podría generar una cosecha mucho mayor a partir de aplicar un paquete tecnológico superior.
El problema de las retenciones no es del sector agropecuario si no del país debido a que necesita dólares y no los tiene, cuando esto sucede todo plan económico se cae y la posibilidad de una recuperación rápida de dólares para el Banco Central la tiene actualmente el sector agropecuario.






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