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Dr. Pérez Chada: “El desempeño de la persona es un buen marcador que el sueño fue suficiente”



El Dr. Daniel Pérez Chada es especialista en Medicina del Sueño. En su clínica especializada en Medicina del Sueño de Buenos Aires, ofrece servicios de diagnóstico, orientación clínica y tratamiento.

El Dr. Pérez Chada en diálogo con Radio del Centro, en principio comentó que, “La medicina del sueño es un capítulo nuevo dentro de la medicina que se ocupa de estudiar un aspecto muy importante de nuestra vida cotidiana que obedece a la cantidad y calidad de horas de sueño nocturno que tenemos en la sociedad moderna”.

“Este advenimiento de la medicina del sueño como una preocupación que excede a las investigaciones clásicas de los laboratorios del sueño y demás, surge también como una necesidad de transmitir a la sociedad la importancia de tener un sueño de buena calidad”, señaló el profesional.

Asimismo, consignó: “Durante décadas y aún hoy todavía, más exageradamente en éstos últimos años con la aparición de nuevas tecnologías, el sueño fue poco jerarquizado como un elemento vital de nuestra vida y hace que muchas veces reduzcamos voluntariamente la cantidad de horas de sueño que nos impone una mala cantidad de desempeño durante la vigilia”.

“Dentro de las características que tenemos en esta sociedad que creamos de 24 horas durante 7 días a la semana nos lleva a que clásicamente la sociedad disminuyó la cantidad de horas de sueño nocturno y de dormir 8 horas o más durante 45 o 50 años”, expresó, y especificó: “ahora perdimos 2 horas de sueño en promedio y la reducción es muy negativa no solamente para nuestro desempeño durante las horas de actividad sino también para ciertos procesos que se producen en el organismo específicamente durante la noche como la liberación de hormona del crecimiento tanto en jóvenes como adultos”.

“Como su nombre lo indica, es fundamental en edades tempranas de la vida, la producción de hormonas del crecimiento es menor y hace que el desarrollo no sea el adecuado”, puntualizó Pérez Chada.

E indicó: “La consolidación del aprendizaje y de la memoria, el conocimiento se consolida durante las horas de sueño y por consiguiente no dormir las horas suficientes puede impactar negativamente en el proceso de aprendizaje”.

“La inmunidad en éstas épocas tan importantes vinculadas a la pandemia donde las vacunas y respuesta inmune son temas cotidianos de conversación en los medios, se encuentra demostrado desde hace muchos años que las personas inmunizadas y luego son restringidas en su cantidad de horas de sueño tienen una respuesta inmune menor de aquellas que reciben una vacuna y tienen un descanso nocturno adecuado”, explicó Pérez Chada.

“Asimismo, está nuestro desempeño social y las personas que tienen restricción o disminución de las horas de sueño son personas que tienen mala calidad de vida, un mal ajuste social, son personas irritables, pueden estar deprimidas”, advirtió, y agregó: “El abanico que cubre la medicina del sueño es muy amplio y trascedente para nuestra vida cotidiana”.

“La recomendación de las organizaciones internacionales son en distintas etapas de la vida una determinada cantidad de horas de sueño”, dijo, y detalló: “En los niños y adolescentes se estima que deben ser 9 horas o más, en los adultos entre 7 y 8 horas, pero en una sociedad donde se prolongó oficialmente el día, porque con la luz eléctrica y principalmente en los últimos 20 años con el advenimiento de los celulares y las pantallas, la actividad se prolonga artificialmente en la noche provoca que tengamos restricción de las horas de sueño”.

“Un buen marcador que el sueño nocturno fue suficiente en cantidad de horas y también si fue de buena calidad obedece al desempeño de la persona durante el día”, planteó el médico, y amplió: “Si durante el día puede desempeñar su tarea, aún aquellas que son monótonas y de bajo estimulo, sin dificultad durmiendo seis horas por noche no habría mayor inconveniente, pero si se duerme seis horas por noche pero de pronto se queda dormido en situaciones de poco estimulo como leyendo o estudiando ya la situación marca que esa cantidad de horas de sueño no son suficientes. Son situaciones que ocurren a las personas sanas”.

“No obstante, hay personas que tienen enfermedades del sueño y se clasificaron más de 85. Por lo tanto, desde el insomnio, que es lo más común que conocemos, hasta enfermedades muy raras todas fueron debidamente estudiadas y clasificadas”, espetó.

A este respecto, esgrimió: “Dentro de las enfermedades el insomnio es la más frecuente, el trastorno respiratorio durante el sueño que es muy común y afecta tanto a hombres como mujeres, especialmente en las mujeres después de la menopausia y se caracteriza por pausas en la respiración durante el sueño que se encuentra ligada a la presencia del ronquido habitual de alto tono”.

“Las personas que son roncadoras habituales pueden padecer pausas de la respiración durante el sueño que se denominan apneas y éstas pausas terminan cuando el cerebro se despierta, significa que la persona puede tener muchos episodios en los que se duerme y se despierta durante la noche, haciendo que el sueño sea de muy mala calidad”, remarcó, y añadió el Dr.: “Puede pasar 9 o 10 horas en la cama en situación de sueño pero está muy fragmentado en la noche y muy ineficiente, por lo tanto padece somnolencia diurna”.

“Además, son personas con mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares porque durante cada pausa de la respiración como es previsible el oxigeno en la sangre baja, el anhídrido carbónico puede aumentar, la frecuencia cardíaca y la presión arterial se modifican porque no estamos preparados para tener pausas respiratorias en un número tan importante en las horas de sueño y en el mediano o largo plazo la enfermedad condiciona complicaciones cardiovasculares severas”, cerró.



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