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EL CULTIVO DEL TRIGO EN CHIVILCOY (1850-1940) 2ª Parte

A la memoria del Prof. Francisco Antonio Menta


Las Trilladoras utilizadas desde la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX eran puestas en funcionamiento por medio de una polea y una larga correa que la unía a un tractor que funcionaba a vapor. Cuya caldera era alimentada con paja de trigo.


La cosecha


Las primeras máquinas para segar eran muy rudimentarias. Todavía se necesitaban los bueyes para moverlas. No ataban la gavilla y una plataforma servía como lugar para una, dos o tres personas que recibían en sus brazos "el atado" de trigo que depositaban en el suelo. Incluso hubo un momento en que en lugar de una plataforma, un cuero de vaca convenientemente sujeto a la máqui­na, hacía las veces de base para el que recibía la gavilla suelta. Más tarde surgieron las espigadoras. Estas máquinas tenían incorporado un aparato atador de las gavillas. Conocido vulgarmente con el nombre de ''pajarito" porque su forma se parecía al cuello y pico de un ave. Las máquinas espigadoras estaban dotadas de un mecanismo que expulsaba por sí mismo y con cierto movimiento de rotación de brazos de hierro la gavilla atada. Al principio se utilizó alambre fino y más tarde hilo sisal. Este artilugio llamado "pajarito" más que una ayuda, a veces era un obstáculo, porque enredaba las gavillas cuando funcionaba mal. Y esto ocurría, demasiado a menudo.

En nuestra zona la tarea de la siega y recolección del trigo se hacía inmediatamente después de la carpida del maíz. De modo tal que el grupo compuesto por entre diez y quince personas, que habían trabajado en esa faena, continuaban con el trabajo del trigo.


Cargando la trilladora con el trigo.


Las segadoras y las espigadoras lanzaban los atados o gavillas cada dos metros aproximadamente en una hilera que culminaba al finalizar la cortada. La peonada, compuesta de varios hombres y alguna vez mujeres; se encargaba de amontonarlas en grupos de diez o doce para facilitar después la carga de los rastrines para la emparvada. Los rastrines eran un instrumento de laboreo utilizado para transportar los atados y posteriormente las bolsas que consistía en dos palos largos (dos largueros), en la parte superior era de madera y se asemejaba a un trineo.


Rubén Osvaldo Cané Nóbile

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