“El informe ayuda a derribar ciertos mitos sobre cómo se conforman los precios que muchas veces traban políticas públicas importantes para los ciudadanos y para las áreas productivas”
- dlcchivilcoy
- 3 jun
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De acuerdo a la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo Argentino (FADA), cada cuatro pancitos que se consumen, uno es de impuestos; se toma 1 “vaso impositivo” por sachet, y en el caso de la carne, hay un cuarto de impuestos por kilo.
En productos de primera necesidad, la carga impositiva no es menor y afecta principalmente a los sectores más vulnerables, quienes destinan una mayor parte de su ingreso a alimentos.
“En el almuerzo o cena pasa lo mismo, si vamos a la carnicería, por cada kilo de carne nos estamos llevando un cuarto de impuestos. Hay 25% de impuestos y 15% de ganancias. En otras palabras, cada $10.000, estamos pagando $2.500 de carga impositiva”, afirmó Antonella Semadeni, economista de FADA, y agregó: “El relevamiento incluye a los distintos eslabones, en el caso de la carne, la cría, el feedlot y frigorífico como asimismo la carnicería; a cada uno de ellos preguntamos por sus costos de producción, qué impuestos pagan y la alícuota de acuerdo a su actividad, tomamos a las principales provincias productoras de acuerdo a cada eslabón para que sea representativo a nivel nacional y lo propio hacemos con toda la cadena de la leche y el pan desde la producción a campo hasta llegar al consumidor final”.
“Esto se repite también en muchos de los productos, y en algunos casos esto se está haciendo más visible para el consumidor, por la aplicación de la nueva medida de transparencia que pide detallar el “precio con y sin impuestos” en las góndolas y tickets”, consignó la economista en Radio del Centro.
Asimismo, consideró: “En éste momento se está hablando del peso de los impuestos, qué reformas se pueden hacer, las significaciones teniendo en cuenta que Argentina está cara en dólares y surge el interrogante en relación a por qué no se puede competir o ser más productivos, por eso siento que el informe cobra especial relevancia en éste momento”.
“En primer lugar entender que cuando pagamos un precio son tres cosas las que estamos abonando: los costos de producción que afrontarán los distintos eslabones a lo largo del proceso de producción, luego están los impuestos que afrontarán cada uno de éstos actores tanto nacionales como provinciales y municipales, mientras que, después aparece el resultado económico que son las ganancias o pérdidas dependiendo del momento”, consignó.
“En términos generales, el informe arroja que el 60% del precio que pagan los consumidores obedecen a costos de producción, el 15% es la suma de las ganancias de la cadena y el 25% son impuestos, significa que $1 de cada $4 que pagamos equivale a impuestos”, especificó, y amplió: “Cuando concurrimos a la carnicería y compramos 1 kilo de carne, 250g de lo que pagamos se va en impuestos lo mismo si consumimos un sachet de leche de 1 litro donde un vaso que nos tomamos equivale a impuestos y pasa lo propio con el pan que 1 mignón de 4 que se compra representa los impuestos que estamos pagando”.
Los tributos que se destacan son: el IVA a nivel nacional, ingresos brutos en lo provincial y las tasas a industrias y comercios a nivel municipal. Antonella Semadeni, economista de FADA, indicó que del total de esos impuestos, más del 70% corresponden a los nacionales.
“Toda baja de impuesto redundaría en una baja de precios aunque luego tiene que concretarse en la realidad, ahora se está hablando del ‘súper IVA’ y significa que Nación pase a recaudar el 9% que se lleva en términos de coparticipación y que el resto, las provincias determinen la alícuota a disponer en concepto de I.V.A. más Ingresos Brutos; en caso de sumarse las dos tasas ésto no redundará en una baja para el contribuyente pero quizás empiece a ordenar la cantidad de impuestos, la forma en la que se recauda, los costos administrativos que genera el estado, son pequeños pasos que se pueden ir dando en ésta discusión”, remarcó.
“Cobrar impuestos es importante porque permite financiar servicios públicos como la salud, la seguridad, la educación, la infraestructura pero el inconveniente obedece cuando ésta aplicación es excesiva e ineficiente porque justamente tiene un efecto contraproducente en la producción porque desincentiva a la inversión y limita el potencial productivo”, consignó, y planteó: “en Argentina, tenemos un problema de excesiva cantidad de impuestos que no tienen una eficacia recaudatoria, son 160 de los cuales 11 equivalen al 90% de la recaudación nacional, el resto generan trabas burocráticas, limitan al productor en sus efectos negativos y en realidad ni siquiera tienen una eficacia recaudatoria”.
“En cuanto a los principales costos, por ejemplo, para elaborar el pan tenemos: la electricidad, que pesa aún más por las actualizaciones en las tarifas, materia prima, el transporte, alquileres y el personal. Por ejemplo, el flete representa el 2% del precio al consumidor”, señaló.
“Que los impuestos superen la ganancia, es una situación que puede tornarse injusta ya que, por ejemplo, en la cadena de la leche todo el proceso productivo está afectado por cuestiones climáticas, sujeto al precio del maíz con el que se alimentan las vacas, a los productos relacionados con la salud de los animales, al del combustible para el transporte. En medio de todo eso, el Estado, a través de los impuestos, está presente en todos los eslabones y no afronta ningún riesgo”, añadió Semadeni.
“Esto ayuda a derribar ciertos mitos sobre cómo se conforman los precios que muchas veces traban políticas públicas importantes para los ciudadanos y para las áreas productivas. Por ejemplo, durante muchos años se creyó erróneamente que la baja de las retenciones, al impactar en el precio de los granos, iba a traer un importante aumento del precio de los productos básicos cuando no es así“, dijo Semadeni.
“En realidad, esto muestra que el 90% del precio de los productos corresponde a múltiples factores como impuestos, transportes, alquileres, salarios, servicios, entre muchos otros. Por eso creemos que es importante visibilizar y derribar ciertos mitos para centrarse y focalizar en lo que necesitamos como consumidores y para todo el proceso de producción y elaboración”, concluyó.
COMPOSICIÓN DE PRECIOS” EN NÚMEROS
• 1.000 de cada 4.000 pesos que pagamos en carne, leche y pan, son impuestos.
• En el total de impuestos a estos alimentos: 3 mil de cada 4 mil pesos, son impuestos nacionales.
PAN
•Cada 4 bollitos de pan, nos comemos 1 de impuestos.
•Precio del pan: el 60% son costos, el 24% impuestos y el 16% la ganancia.
•El trigo representa sólo el 8% del precio.
•Desde el campo a la panadería, el precio se multiplica por 12 en su recorrido.
•Precio pan en eslabones: el trigo representa el 8%, el molino el 4%, la panadería el 64% y los impuestos el 24%.
LECHE
•Nos tomamos un vaso de impuestos por cada sachet de leche.
•67% son costos de producción, 26% impuestos y 7% ganancia.
•El maíz representa el 4% del precio del sachet al consumidor.
•El precio de la leche se multiplica por 3,5 del campo a la góndola.
•Precio leche por eslabones: el tambo representa el 28%, la industria el 26%, el comercio 20% e impuestos el 26%.
CARNE
•Nos comemos un cuarto kilo de impuestos por cada kilo de carne.
•25% son impuestos, el 59% son costos y 15% ganancia.
•El maíz representa sólo 9% del precio final de la carne.
•Precio carne por eslabones: la cría representa el 28%, el feedlot 24%, frigorífico 2%, carnicería el 21% y los impuestos el 25%.






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