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En relación a estafa bancaria, cuento del tío, ‘la llorona’ son los delitos que más crecieron

  • Foto del escritor: dlcchivilcoy
    dlcchivilcoy
  • 1 sept 2022
  • 5 Min. de lectura

El crecimiento del dinero digital y la bancarización en medio de la pandemia de coronavirus dio lugar al aumento de la ciberdelincuencia, práctica que se expande mes a mes. Tal es así que en 2020 aumentó 3.000%, según un informe de la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia (Ufeci). En 2021 también se acrecentó.

El fraude y estafa en cuentas bancarias, como el robo de claves de acceso a homebanking o de datos de tarjetas de crédito, fueron algunos de los delitos que más crecieron el año pasado al pasar de 22 casos denunciados en 2019 a 641 en el último año.

En tanto que, el "cuento del tío" apareció otra vez, ahora disfrazado de empleado bancario que busca ayudarlos a proteger sus ahorros.

Martín Durán es especialista en seguridad gubernamental y corporativa, fue entrevistado por Radio del Centro con la intención de hacer prevención de los intentos de estafas para con los adultos mayores y también los ciberdelitos.

Los nuevos ardid

El ladrón que roba a un adulto mayor realmente es de lo más bajo que hay en la sociedad. No hay que robar y menos a una persona que se encuentra disminuida en su capacidad, que confía, tiene inconvenientes de salud y esta clase de delincuentes detestables atacan con semejante impunidad a personas de la tercera edad.

En relación a estafa bancaria, cuento del tío, la llorona son los delitos que más crecieron en alrededor de 3000 por ciento dándose en un contexto de pandemia principalmente donde estábamos guardados, no podíamos circular y los delincuentes, en su forma de financiarse, se reinventaron comenzando con esta clase de cuestiones donde la tercera edad siempre es un punto débil y a atacar debido a que confían.

Los ardid fueron pasando por distintas circunstancias como los secuestros telefónicos, ‘la llorona’ en relación al familiar que solicita ayuda desesperadamente por alguna cuestión, ahora con el cambio de los dólares o billetes, son los delitos que migraron ahora al captar el Whast App y envían a nuestras listas de amigos que lo ayudemos porque tuvo un problema, que depositemos para colaborar que cuando llega a casa nos transfiere. Está en la naturaleza de la persona el ayudar a un familiar, a un amigo en problemas aunque lo que recomiendo antes de colaborar es llamar porque el delincuente puede hacer cualquier cosa menos imitar la voz de ese amigo o familiar. Si no nos atiende por alguna excusa que nos diga, hasta que no nos atienda el teléfono o envíe un audio no hay que transferirle ningún dinero o en su defecto comunicarse con algún familiar de esa persona que nos solicita alguna suma de dinero para comprobar que verdaderamente está precisándolo por esa dificultad que nos presenta.

Concientización a adultos mayores

Los adultos mayores son personas que trabajaron toda su vida, llegaron a juntar sus ahorros, tienen cierto carácter y cuando un hijo o hija les pide justamente los ahorros piensan que los estamos despojando de ese esfuerzo que realizó toda su vida se ponen mal y no quiere reconocer que está disminuido en su capacidad.

Hay que tratar de hacer entender y comprender que tiene posesión de sus ahorros y bienes pero que los llevarán a una caja de seguridad o banco, un lugar más seguro donde establezcan cierta palabra clave porque cuando los llama por teléfono una persona que les dice ‘hola abu’ tienden a decir el nombre de su familiar más cercano considerando que es quien lo está llamando y una vez que lo hizo, ya el delincuente entró engañándolo posteriormente aduciendo que enviará a un amigo a buscar su dinero porque él no puede.

Forma de engaños

Habitualmente los engañan diciéndoles que los dólares cambiaron de color o los que tiene ya no funcionan más. Son situaciones muy difíciles de manejar también a nivel familiar.

En Buenos Aires se incrementó mucho la presencia policial por los motochorros porque hasta hace un tiempo las personas concurrían a sacar su dinero, con la pandemia empezó a utilizarse el home banking, bajando la afluencia de público a las entidades bancarias y el delito empezó a migrar.

Los delincuentes tomaron muchos botines y se perfeccionaron, compraron otro tipo de líneas de teléfono, base de datos y recurren ahora a los ilícitos informáticos. Hay que tener en cuenta que ningún tipo de banco nos solicitará alguna clave por internet o nos enviará al cajero o algún link.

Está muy de moda que nos clonen el mensajero que utilizamos mediante un ardid social, nos envían un mensaje diciendo ‘mira que lindo lo que conseguí’ o ‘esto es para vos’ y cuando entramos a mirar, automáticamente nos llaman, hasta que nos llevan a clonarnos el Whast App y todos nuestros contactos para ofertar que se venden dólares baratos, entre otros intento de estafas.

Todo eso se denomina ingeniería social, nos pueden agarrar con la guardia baja y entramos en el engaño.

Estar atentos

No es que caemos porque somos tontos si no porque estamos tapados de actividades y nos pueden agarrar desprevenidos en cualquier momento. Además, los delincuentes envían mil mensajes donde pueden caer una o dos personas para ellos es suficiente para hacerse el día. El hecho de estar en la diaria, con la problemática cotidiana que cuando recibimos una llamada sin darnos cuenta y en ese río revuelto, aprovechan para agarrarnos con la guardia baja y hacen su ganancia.

Es fundamental estar siempre atentos y no dejarnos apabullar por el delincuente, cortando cuando sentimos que tenemos alguna pequeña duda en relación a aquello que nos dicen porque ya le demostramos que nos dimos cuenta que algo raro está ocurriendo. Es preferible quedar como antipático al cortar la comunicación antes que caer en un ardid delictivo o en su defecto seguirle la corriente intentado engañar al delincuente.

Ayuda externa

No obstante, lo más importante es siempre recurrir a la ayuda externa para que no nos confundan con tanta palabrería. Si cortamos, llamamos a un familiar, a un vecino, a un amigo y les contamos acerca del llamado que recibimos podemos tener la ayuda que precisamos para darnos cuenta que no es lo que nos dijeron porque es una cabeza fresca y fuera del inconveniente.

No proporcionar datos

No hay que dar ninguna clase de datos porque una vez que salieron de nuestro control no podemos saber qué ocurrirá posteriormente con ellos. Bajo ningún punto de vista hay que dar datos personales porque ni un banco, ni una tarjeta de crédito, nadie nos llamará para pedir datos sensibles y en caso que los necesiten solicitarán que asistamos a la sucursal frente a un representante.

Y en todo caso, si recibimos un llamado pidiéndonos datos, debemos decir a la persona que nos llama que personalmente concurriremos a entregar nuestros datos a quien nos atienda en esa determinada oficina.







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