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En trigo, la etapa que más daño puede producir “es cuando el cultivo llega a la floración y espigazón, las que denominamos heladas tardías"

  • Foto del escritor: dlcchivilcoy
    dlcchivilcoy
  • 4 jun
  • 4 Min. de lectura

Llegando al primer semestre del año, tuvimos las primeras heladas climáticas finalizando mayo y comenzando el mes de junio que se suman a las agroclimáticas que ocurrieron en el transcurso del quinto mes del año.

Los daños en el trigo por heladas y estrategias de manejo para su mitigación fue el tema planteado por la ingeniera, Romina de San Celedonio (Jefa del INTA Chivilcoy), quien detalló las características que tuvieron las heladas en la campaña previa y la respuesta del cultivo a las inclemencias del clima durante la jornada sobre cultivos invernales.

En principio, de San Celedonio brindó precisiones acerca del ensayo en relación a heladas en trigo y su búsqueda: “Estamos trabajando en la temática de heladas donde también hay poca información e hicimos un ensayo para comprobar el efecto de la nutrición. Con respecto a heladas, contamos con información sobre genética y distintas variedades que tienen mayor o menor sensibilidad, la idea es conocer a qué factores del ambiente pueden modular tal respuesta, si todo es genética o el ambiente puede producir mayor o menor daño.

Asimismo, evaluamos la fertilización con nitrógeno y azufre que comparamos con distintas coberturas del suelo con rastrojo donde encontramos diferencias que ocurren el daño que ocurren en las dos variedades que probamos con mayor y menor sensibilidad donde todo influye en el resultado final. El daño que tiene cada uno de los cultivares en cada momento y luego aquello que arrojó en materia de rendimiento; no necesariamente lo que encontramos en el momento del daño después se traduce en tener un menor rendimiento y es lo que ocurre con el cultivo a lo largo de su ciclo, la disponibilidad que tiene de poder recuperarse o no al daño que tuvo”.

La especialista manifestó al respecto que, el año anterior “fue ideal para realizar evaluaciones porque tuvo muchas heladas en la etapa vegetativa del cultivo, hubo varias y muy fuertes siendo un buen momento para observar ésta clase de daños ya que no ocurre todos los años. La información disponible en cuanto a variabilidad genética no se evalúa año tras año porque si bien heladas en el invierno hay siempre no de la magnitud que pueden llegar a afectar al cultivo de trigo que está preparado para soportar el frío básicamente.

El año 2024 fue especial para hacer ensayos y sacar conclusiones, así que aprovechamos para conocer qué pasaba con el cultivo de trigo”.

Acerca de la etapa donde las heladas pueden producir mayores daños, consignó: “es cuando el cultivo llega a la floración y espigazón, las que denominamos heladas tardías que ocurren ya entrada la primavera son las que realmente producen más daño y pérdidas de rendimiento. En esas heladas, no tenemos demasiado que hacer para contrarrestar su efecto y tampoco hay variabilidad genética que demuestren tener mayor sensibilidad o menor a ese daño por helada; básicamente, si cae una helada en ese momento seguramente habrá pérdida de rendimiento”.

En cuanto a la única solución posible para evitar daños y pérdida de rendimiento, la ingeniera sostuvo: “tenemos el escape eligiendo fechas de siembra que en el promedio de los años el cultivo logre una espigazón después de la fecha media de última helada que suelen darse en primavera como asimismo la fecha de siembra asociada con el largo cultivar pero es toda una decisión que toma tratando de escapar a ese estrés. La fecha de siembra generalmente se toma teniendo en cuenta el criterio descripto pero puede ocurrir de tener una helada en el momento no esperado que termina ocasionando un daño.

En la fecha de siembra hay que mirar los datos históricos al manejarse con probabilidad de ocurrencia porque no se sabe que ocurrirá en el año pero lo más probable es que la última helada caiga a mediados de septiembre, entonces buscar que la floración suceda luego aunque es muy difícil conocer de antemano qué pasará así que siempre jugamos con ese riesgo.

En invierno sabemos que heladas siempre ocurren y los factores del ambiente que pueden llegar a atenuar ese daño que si afectó mucho el crecimiento del cultivo puede llegar a tener efectos sobre el rendimiento y en caso de llegar a recuperar durante el transcurso del ciclo no necesariamente tenga tal efecto, por eso son muchas las decisiones de manejo que se pueden tomar para comprobar los daños por heladas en pasto en estado vegetativo debido a que en reproductivo mucho no podemos hacer más que no aparezcan las heladas en la etapa de floración del cultivo”.

Por último, señaló que la intención desde INTA “es generar información y cuando recibimos consultas por algún tema en particular poder probarlo junto a productores en algún ensayo debido a que también estamos asociados con Plexagro y en su campo experimental realizamos todo lo concerniente al ensayo por heladas pero también nos desempañamos mucho en campo productor en el propósito de estar generando constantemente información y después publicando los informes o dando a conocer los resultados obtenidos en distintas clases de jornadas que se llevan a cabo”.



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