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Estamos asistiendo a una confiscación de gran envergadura contra el mundo del trabajo, los salarios cayeron fuertemente en todos los estamentos y la situación de las jubilaciones también es dramática.

El dirigente nacional de Política Obrera, Marcelo Ramal abordó varios temas de actualidad principalmente vinculados a la economía de nuestro país en función de la clase obrera.

En una entrevista que el dirigente mantuvo con Radio del Centro, apuntó contra el actual gobierno nacional por la ‘creación’ de 4,5 millones de nuevos pobres aunque sin desligar de responsabilidades por el actual presente a quienes gobernaron hasta 2023.

También cargó contra el sindicalismo de las centrales obreras y acusó de acompañar la letra chica de la Ley Bases recientemente aprobada.

Ante todo, Ramal esgrimió: “Estamos asistiendo a una confiscación de gran envergadura contra el mundo del trabajo, los salarios cayeron fuertemente en todos los estamentos, la situación de las jubilaciones también es dramática y además, hace pocos días se dieron a conocer los datos de pobreza en el país con 4,5 millones de nuevos pobres y es el veredicto más contundente sobre el gobierno de Milei. No se puede agregar más nada a una gestión económica y política que ya le sumó a la importante pobreza de Argentina 4,5 millones de personas más, es el cuadro que tenemos”.

 

-¿A qué le atribuye la actual situación social?

-La verdadera masacre social fue perpetrada con el propósito de mostrar a los acreedores internacionales principalmente que el gobierno argentino llevaría adelante todas las medidas antisociales necesarias para asegurar que el presupuesto nacional esté en condiciones de garantizar el pago de la deuda pública que a partir del próximo año reúne vencimientos muy importantes. La realidad se trastocó fuertemente en las últimas horas debido a que incluso con un nivel importante de exacción al salario, a las jubilaciones, a la educación, a la salud, es muy probable que Argentina no consiga el socorro financiero internacional que está gestionando a partir del derrumbe que se viene dando de las finanzas y bolsas mundiales que ponen un severo signo de pregunta la posibilidad que un país como el nuestro se pueda financiar. Por lo tanto, contamos con un gobierno que actuó en función del interés de los fondos internacionales y a costa de la mayoría de la población, mientras que, 7 u 8 meses después esos mismos fondos internacionales le dan la espalda en función de la crisis que están atravesando. Toda la realidad lleva a que, como incluso lo muestran  los sondeos de opinión, la paciencia popular se vaya agotando y se manifiestan en distintos síntomas vinculados a las luchas obreras expresándose contra el impuesto al salario, también las universidades resolvieron parar por la grave situación relacionada a los salarios y es el grave escenario por el que se encuentra atravesando el país.

 

-¿Pasamos de un extremo a otro en la características de los gobernantes?

-No pasamos de un extremo a extremo porque estaríamos haciendo referencia a un gobierno anterior que respaldaba los intereses populares y ahora no, por algo ganó Milei e indudablemente asistimos en todos éstos años a una variante también confiscatoria en función del rescate de intereses minoritarios. La feroz inflación y el hecho que los salarios siempre corrieran por detrás del aumento de los precios, toda la realidad llevó a que durante los años que pasaron el gobierno de Alberto y Cristina Fernández, en sus diferentes fases, se trató de una variante de intereses minoritarios empresariales a costa de la mayoría de la población; un esquema que se agotó y se puso en marcha otra que pretende llevar la confiscación a niveles inéditos en el pasado pero tropieza con las contradicciones de su propia política y ahora, lo que nos estamos encontrando en relación a la crisis mundial.

 

-El gobierno hace referencia a un superávit y una inflación a la baja, ¿Qué opina al respecto?

-La baja de la inflación o una situación de estabilidad de precios tiene valor cuando se da en un cuadro de determinado equilibrio económico en relación a que los precios no aumentan y la economía se desenvuelve normalmente. Ahora, que la inflación baje como resultado de un derrumbe económico e industrial, en este caso no tiene valor y no estamos asistiendo estrictamente a una caída de la inflación si no a un proceso de descomposición económica que da lugar a una caída de los precios. No es lo mismo una situación de precios estables a una situación donde los precios bajan porque comercios que no venden nada entran en liquidación y algunos por cierre, es la realidad que estamos viviendo con una caída de la inflación asociada a un derrumbe económico.

En tanto que, el superávit fiscal no es real y el gobierno llegó transformando pagos que debía hacer en deudas, si parte de los gastos no se llevan a cabo y se convierten en una deuda a pagar en algún momento formalmente el mes se cerrará aunque a costa de un mayor endeudamiento que es justamente lo que está haciendo el gobierno y es lo que realiza con el mercado eléctrico mayorista donde cerró los pagos que tenía pendiente a costa de contraer una deuda con las generadoras de energía. El superávit fiscal es ficticio y además, no resuelve el problema de la deuda pública ni resuelve el problema del país porque es en pesos y el gobierno tiene que pagar una deuda en dólares  pero dólares no tiene.

 

-¿Cómo describiría la situación de la clase obrera?

-Empezando por la gran industria pero luego yendo hacia una cadena que luego va hacia todos los establecimientos se encuentra trasladando el costo de la crisis industrial, de la recesión, del derrumbe económico hacia los trabajadores con suspensiones en primer lugar y después de despidos, una situación que no debería ser admitida ni tolerada teniendo en cuenta que las empresas cuentan con reservas de capital con acumulación de beneficios de períodos anteriores y los empleados no, entonces ante una situación de recesión industrial debería asegurarse el derecho al trabajo y en tal sentido, si la demanda de producto cayó la labor disponible debería ser repartido entre el plantel sin afectar el salario pero sucede lo contrario donde se afecta la jornada laboral, se reducen horas y puestos de trabajo aumentando la desocupación en las distintas industrias.

Nuestro planteo obedece a que las horas de trabajo deben ser repartidas y si las empresas señalan que no pueden responder a las demandas que muestren sus libros contables donde no tengo ninguna que mostrarán con toda claridad la acumulación de beneficios y la reserva de Capital que perfectamente da para responder al sostenimiento de los puestos de trabajo.

Indudablemente que esta situación también despertará situaciones obreras de importancia.

 

-¿Su parecer con respecto al accionar del sindicalismo?

-La respuesta de la CGT y el conjunto de las centrales obreras es de inmovilidad, de parálisis. La CGT pese a las idas y vueltas como asimismo algún desplante se encuentra colaborando con la letra chica de lo que sería la reforma laboral que fue incluida en la Ley Bases. Este tema incide en las suspensiones y despidos que tenemos en este momento porque las empresas, si bien dispararon la oleada de suspensiones y despidos en nombre de la recesión industrial al presentar procedimiento preventivo de crisis, entonces especulan despidiendo trabajadores con derechos adquiridos: indemnización, antigüedad y reemplazar por las modalidades precarias facilitadas en el texto de la Ley Bases. Ahora, la dirección de la CGT no se opuso a la Ley Bases, no llevó adelante una lucha real en su contra y ahora, se sentó con el gobierno a redactar lo que llaman la reglamentación de la Ley, difiriendo en algún punto pero en los términos de la Reforma Laboral que planteó el gobierno.

En oposición a esta realidad es indudable que en las bases obreras y lugares de trabajo se encuentra creciendo un inquietud como asimismo la necesidad de reclamar y protestar contra este estado de cosas que se irá manifestando como ya ocurre con la industria aceitera, la universidad, empieza a gestarse una reacción que a la luz de lo que está ocurriendo y sucederá como tarifazos, nuevos golpes al bolsillo sin dudas se extenderá.

La CGT escucha y enseguida cierre el micrófono, mutea los reclamos que asoman porque prefiere un escenario en colaboración con el gobierno a llevar adelante una lucha que en caso de extenderse y desarrollarse pondría en cuestión el privilegio de la cúpula sindical. De hecho, Milei ganó porque para el trabajador no hay peor casta que la burocracia de los sindicatos debido a que el desprestigio de las centrales sindicales es enorme, por eso la lucha contra el gobierno de Milei se desenvolverá a partir de principios sindicales y políticos pero nuevos.



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