"Estamos por dejar de pasar una oportunidad eterna”
El legislador provincial de Juntos, Luciano Bugallo (Vicepresidente de la Comisión de Asuntos Agrarios de la Cámara de Diputados) en su viaje a Pehuajó hizo una parada en Chivilcoy para reunirse con los referentes locales de la Coalición Cívica.
En su visita a la ciudad, pasó por los estudios de Radio del Centro donde dejó su significado de la política como asimismo también su impresión con respecto a distintos temas que involucran al sector agropecuario.
-¿Cómo toma las visitas al territorio?
-La política en sí es un sistema que termina absorbiendo y terminamos casi aislados de la realidad, es como una especie de burbuja y por lo tanto, hay que encontrar una vía de escape, estar en contacto con la sociedad porque muchas veces sucede que la agenda de la política se disocia de la realidad y luego encontramos a mucha gente enojada con sus dirigentes. La única manera de no aislarse de la realidad es estar en contacto con la gente, visitando empresas, empresarios, comerciantes, laburantes y escuchar sin intermediarios. Nos pagan para tratar de resolver los problemas concretos de la gente y para lograrlo hay que escucharlos en primera persona.
-¿Qué opina de la problemática para con el combustible?
-Es insostenible, en un momento donde estamos entrando a una campaña de siembra de trigo, donde el transporte tiene que moverse por camiones debido a que tampoco contamos con infraestructura ferroviaria. Presentamos pedidos de informe y el gobierno nos planteó que no tenían reporte de faltante de combustible a excepción de algunos casos puntuales y es una mentira cuando a los productores les venden por cupo. No es solamente el faltante de combustible sino también de gas, de energía y fábricas grandes que no pueden trabajar a horario completo porque no le dan los kilowatts de energía necesarios, estamos apenas a pasos del abismo.
-¿Se está por dejar una oportunidad con el trigo?
-Estamos por dejar de pasar una oportunidad eterna. Argentina tiene esa cosa que cuando el mundo se encuentra convulsionado, las oportunidades nos chocan de frente. Hoy el mundo se ve involucrado en una cuestión de precios internacionales record en materia de energía, en materia de alimentos que en gran parte es culpa de la invasión rusa a Ucrania debido a que éste último es uno de los países que más alimentos produce en el mundo y ahora, podríamos estar aprovechando el contexto internacional de precios altos.
-¿Qué debería hacer Argentina y qué está haciendo?
-Teniendo en cuenta el panorama internacional habría que buscar la forma para tratar de producir más para poder exportar más, garantizando el mercado interno aunque intentando captar la mayor cantidad de dólares que hay en el mundo. Sin embargo, estamos haciendo todo lo contrario, suben retenciones que no incentivan el poder sumar mayor cantidad de hectáreas, cierran exportaciones, meten cupo para exportar trigo, la verdad que es el mundo del revés.
El gobierno tendría que estar preguntando qué se necesita para duplicar la producción, bajar retenciones para incorporar un montón de hectáreas productivas a la producción, se exporta más, se consume más combustible, más fertilizantes, más semillas, más camiones en la ruta, más estaciones de servicio trabajando, más restaurantes, mayor movimiento de dinero en las ciudades, pero ocurre todo lo contrario y en un contexto de 50 por ciento de pobreza no es que estamos nadando como el ‘Tío Rico’ entre monedas de oro.
La mitad de la población está por debajo de la línea de la pobreza, tenemos gente que la pasa verdaderamente mal, personas que no alcanzan todas sus comidas diarias y dejamos pasar una oportunidad que quizás sea única e irrepetible.
-¿Es recomendable bajar o quitar las retenciones?
-Hay un estudio hecho por FADA que cuando se van bajando retenciones se incorporan una mayor cantidad de hectáreas, especialmente zonas que hoy no son productivas porque no dan los números, donde el estado termina recuperando esos puntos que va bajando por mayor producción. No solamente es aquello que el estado recauda sino el dinero que queda volcado en las economías locales.
Siempre saco una cuenta para que la gente tome dimensión del impacto negativo que genera este nivel de extracción: contemplando únicamente retenciones de soja (sin contar desdoblamiento cambiario, maíz, trigo, girasol, leche, carne, industria, fábrica, comercio, pesca, minería) aquello que Nación termina sacando a la provincia de Buenos Aires son alrededor de 3.500 millones de dólares, si lo llevamos al dólar blue, arroja aproximadamente, 700 mil millones de pesos por año (en dólar oficial 400 mil millones) que divididos en los 135 municipios ascienden a $ 3 mil o $ 4 mil millones por cada distrito, son dos presupuestos municipales y dinero que sale de circular en las economías locales.
Ese dinero imaginen lo que generaría en Chivilcoy, volcado en el bolsillo de la economía local, es trabajo, es producción, es industria, es agregado de valor y dónde termina ese dinero: en el conurbano, en las provincias deficitarias que están cada vez más pobres y en el territorio bonaerense no podemos despegar nunca.
-¿Por qué denuncia el Fondo Estabilizador del Trigo?
-El gobierno creó esta clase de mecanismos absurdos que dicen resolver algo pero no lo hacen y lo único que provocan es seguir agravando los problemas con un único objetivo final que en definitiva es el curro.
Crearon el FETA que es el Fondo Estabilizador del Trigo Argentino, una bolsita de plata que se saca del último aumento de retenciones, esos dos puntos que se subieron a harina y aceite de soja. Hay transferencia de recurso de la cadena sojera a la triguera. Son alrededor de $ 400 millones de dólares.
En los hechos, la intervención impuesta por el Gobierno apuntó a reducir el precio de la bolsa de harina que se vende a las panaderías desde los $45.000 pesos por tonelada de harina de trigo en el mercado interno, a los $25.000 pesos, valor previo al inicio de la guerra en el este de Europa. Para compensar la brecha el fideicomiso subsidia con $20.000 pesos a los molinos para compensar así la diferencia de precios.
-¿Qué ocurre con el fideicomiso?
-De los más de 160 molinos existentes en el país, sólo tres adhirieron al fideicomiso para subsidiar la harina que va al mercado interno. De esos 3, dos pertenecen a la empresa MOLINOS CAÑUELAS, la cual se encuentra en convocatoria de acreedores por US$ 1.300 millones en deudas, de los cuales, unos $3.000 millones es deuda fiscal y previsional.
Un dato muy llamativo es que al resto de las empresas que quieren adherir al fideicomiso se les exige no tener deudas fiscales, pero la excepción es Cañuelas, la misma y única empresa que en tiempos de la ONCCA logró cobrar el 100% de los subsidios de compensaciones al trigo.
La burocracia del sistema exige tener una estructura administrativa que los molinos pyme no tienen, la cuál hoy les generaría costos que no pueden afrontar, menos aún, cuando los tiempos y formas de pago que acostumbra el Estado, se cuenta en meses. Excepto, claro, para Cañuelas.
No sólo la empresa seleccionada y la creación del fideicomiso resultan jurídicamente reprochables, sino de los $1.400 millones de pesos que Comercio Interior informó haber pagado a través de ese fideicomiso, más del 80% fue a parar a una cuenta de Molinos Cañuelas. Por lo menos en el sector agroalimentario argentino no se conocía una transferencia de semejante magnitud. Fueron exactamente $1.098.951.866,38 millones de pesos que cambiaron de manos: pasaron de la cuenta del Fideicomiso estatal (que se supone se financia con recursos del aumento de las retenciones a los derivados de la soja) a la cuenta corriente de Molinos Cañuelas en el Banco Supervielle”, describen en la denuncia.
-¿En definitiva qué rol cumple el FETA?
-El FETA (Fondo Estabilizador del Trigo Argentino) fue un traje a la medida de Molinos Cañuelas, al igual que lo fue en su momento la ONCCA, un festival de subsidios para las empresas preferidas del kirchnerismo. Una caja impresionante de retornos, coimas y corrupción que estamos denunciando y pretendemos se investigue a fondo caiga quien caiga.
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