“Generalmente la mujer pide asesoramiento y como estilista debo dar un consejo porque a veces solicitan cosas que su cabello no se lo permite”
Cada 25 de agosto se celebra en todo el mundo el Día Internacional del Peluquero. El y las peluqueras son figuras fundamentales en el ámbito de la estética, apariencia y cuidado personal principalmente de nuestro cabello.
Teniendo en cuenta este día tan especial para quienes ejercen la profesión, entrevistamos a
Stella Maris Guelffi, una estilista con más de 50 años en el oficio que nos cuenta acerca de los cambios de look con el correr del tiempo, el significado personal de una profesión que pone manos a las obras pero también asesora.
Ante todo, ‘Maris’ señaló: “Siempre me gustó la peluquería, siento que fue lo mío desde pequeña aunque es un arte, hay que tener mucha habilidad en las manos para hacer distintos tipos de creaciones de acuerdo a la persona que tenés como cliente”.
Asesoramiento a las clientes
Cuando ingresa la cliente, hay que observarla en su contexto desde la cabeza hasta los pies para poder ofrecerle algo que le quede bien y se sienta cómoda, siempre y cuando esté dispuesta a escuchar. Son varias las personas que consideran todo les quedará bien, nos vienen con una foto o video de lo que quieren pero quizás no es el look adecuado para ella, entonces se charla mucho con la cliente porque es necesario antes de ejecutar poder decirle los pro y los contra.
Mi tarea es también asesorar a la cliente, dialogar con ella y de común acuerdo decidir el look a realizar, la decisión final es tomada quien concurre a la peluquería pero mi deber es decirle si le conviene o no.
Generalmente la mujer pide asesoramiento y como estilista debo dar un consejo porque a veces solicitan cosas que su cabello no se lo permite, por eso tenemos la obligación de expresar que su cabello no está en condiciones de recibir un determinado tratamiento. Si después, la persona quiere un determinado look ya corre por su cuenta la elección aunque está también en el estilista pedir disculpas si algo no se puede hacer en el propósito de evitar un daño a su cabello o porque ya está dañado sin poder dar solución e incluso expresarle sinceramente que no le quedará bien por determinados motivos.
Mucha gente, especialmente los jóvenes, quieren todo ya y se animan a toda clase de look, decolorarse, utilizar cualquier color, cortes específicos pero no tienen problemas porque si no les gusta o les queda mal, al día siguiente se pasan la maquina y se pelaron, pero hay una generación que no está preparada para pelarse y menos tratándose de una mujer.
Productos para el cabello
Los productos que se utilizan en el cabello son absorbidas por el cuerpo y a través del tiempo puede producir enfermedades, por eso se está discutiendo tanto el uso de formol o de keratina porque pueden provocar cáncer, de hecho se llegó a la conclusión que utilizar formol dicho por los médicos y avalado por el Ministerio de Salud, no se puede usar aunque queda tan perfecto donde la gente que tiene un cabello muy indisciplinado se la juega, quiere hacer el tratamiento teniendo en cuenta que es duradero y le queda hermoso, ahí se conjugan la parte estética como una enfermedad que se puede tener a través del tiempo, pero como peluqueros debemos medir aquello que se le hará a la persona y aunque un trabajo pueda quedar muy bien, a veces es preferible no hacerlo porque somos responsables de la vida de esa cliente.
Satisfacción antes que billetera
En mi caso, pienso en aquello que le quedará bien a la persona y no únicamente en el dinero que se le cobrará por determinado trabajo pero mi pensamiento es que si no entra hoy en caja puede ingresar mañana, pasado o más adelante a partir de realizar la tarea como corresponde porque dar un buen consejo a una persona es fundamental y la cliente si no lo entiende en lo inmediato lo comprobará a través del tiempo.
Cuando concurre una clienta hay que preguntarle cuanto quiere gastar y qué desea hacerse porque no todas las tinturas son iguales, no todas las fórmulas son iguales, las marcas líderes se diferencian mucho de otras en cuanto a la calidad, algunas que son buenas pero otras que no e incluso sin estar habilitadas pero en la necesidad de no poder afrontar un costo más elevado se pone lo que pueda aunque a través del tiempo puede traer consecuencias, por eso hay que ir con la verdad y después que la gente elija.
Atención personalizada
En nuestro trabajo no es tener la peluquería llena de gente y ponerle a diez juntas la tintura, olvidándonos de la primera sin recordar el tiempo, haciéndose un lío tener en cuenta a cada una, entonces es preferible poca cantidad de gente pero bien atendida con un trabajo que sea más personalizado y dedicar el tiempo que la clienta precisa. De hecho, concurrió gente a mi salón que de estar tan mal, tan insegura y tan confundida que antes de hacerle algo que lo piense, lo analice y después regrese que no pasa nada al respecto porque realizarlo y después salir completamente disconforme es terrible para el cliente como asimismo para mí porque al sentir la profesión, quiero que la mujer salga fascinada no solamente para que regrese si no debido a que gana en seguridad, en confianza.
Mejor prevenir que cabello dañado
El fenómeno actual es que con tantas plataformas y redes sociales, mucha gente se hace cosas en el pelo en su hogar siguiendo tutoriales, por ejemplo, pero cuando no sabe más cómo acomodar su cabello para que le quede bien, nos cuenta lo que se hicieron y ya es difícil trabajarlo es recibir ‘al paciente enfermo’ pidiéndonos una solución que en ocasiones es complicada de revertir.
Edades y Look
Tengo pedido de todas clases en cuanto a look porque también cuento con clientas de distintas edades, nenas desde 8 años, jóvenes de 15, mujeres de 40, de 80 años. Las más jóvenes piden cosas diferentes pero de 40, 50 también e incluso la de 80 no quiere parecer de esa edad si no de 60 y actualmente se viste distinto, se peina distinto, tiene un look diferente a punto tal que las edades se confunden y las chicas no quieran aparentar ser más grande, un conjunto de personas que cada una decide lo que quiere. Para mí lo más correcto es no encasillarse y todas querer ser lacias, rubias, con rulos, cada persona, corte de rostro y tipo de piel debe tener algo distinto porque somos distintas.
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