top of page

Independiente Rivadavia: Maximiliano Gagliardo, el arquero de 40 años que va por su cuarto ascenso

Maxi Gagliardo, el arquero de la Lepra que va por su cuarto ascenso a primera división con 40 años, jugó el partido clave contra Maipú en medio de un cuadro febril. La historia del heroico portero de Independiente, a quien alguna vez llamaron “fracasado” por no haber jugado en la máxima categoría.


La Lepra está a un partido de vivir el momento más glorioso de toda su historia futbolística. La victoria como visitante ante Deportivo Maipú y el empate de Chacarita Juniors, ambos partidos jugados el domingo por la tarde, le permitieron a Independiente Rivadavia quedarse con el primer lugar de la zona B, por lo que el Azul es el primer equipo confirmado para jugar la gran final que definirá el primer ascenso a la categoría máxima del fútbol mendocino.

Fútbol Independiente Rivadavia


Además, sumando los puntajes de ambos grupos, la Lepra es el mejor equipo de toda la categoría, por lo que hay motivos de sobra para ilusionarse con un segundo equipo mendocino en el fútbol grande. Y, aunque el equipo se lució en su totalidad durante todo el campeonato, uno de los estandartes y pilares de Independiente Rivadavia fue su arquero, Maximiliano Gagliardo.


Y es que el portero no solo fue clave para mantener invulnerable el arco leproso -incluso en partidos que terminaron en victoria para el equipo mendocino-, sino que, además, se convirtió en un referente del plantel Tanto que atajó en el partido de ayer, contra Maipú, saliendo de un cuadro de fiebre y habiendo tenido 40°C de temperatura en la semana. Podría decirse que Gagliardo no solo voló debajo de los tres palos durante el último partido de la primera fase, sino que -además y metafóricamente hablando-, también “voló” de fiebre. Pero se necesita más que eso para vulnerar al arquero de “La Lé”.


“Esta final es toda de mi señora. Estuve este año solo acá y ella se hizo cargo de todo allá, de mis hijos, de mis cosas. Estuve con vómitos y fiebre esta semana y se vino en auto para cuidarme”, declaró Maxi Gagliardo, eufórico y emocionado, y luego de la victoria que le aseguró el primer puesto ayer.


El arquero de Independiente Rivadavia, con 40 años, va en busca de su cuarto ascenso (ya lo consiguió con Los Andes, con Arsenal de Sarandí y con Barracas Central). Y esta vez lo hará en representación de un club mendocino.


“A esa altura de mi vida (NdA: cuando ascendió con Barracas Central en 2021) pensaba que nunca iba a llegar a jugar en Primera, se dio y pude dejarles un mensaje a mis hijos”, contó Gagliardo en una entrevista con Los Andes hace poco más de un mes, en la previa a uno de los partidos claves de la Lepra. En aquel momento, el guardameta tenía 36 años. Y si así lo vivió hace algunos años, ¡ni hablar de cómo está viviendo en este momento, que puede marcar su cuarto ascenso a Primera en cuatro décadas de vida!


UNO DE LOS MEJORES ARQUEROS DE LA CATEGORÍA

Maximiliano Gagliardo nació en Chivilcoy hace 40 años, y a lo largo de toda la primera fase fue una pieza fundamental en la Lepra. Y también asoma a serlo de cara al partido más importante que jugará el Azul del Parque en toda su historia.


“Hay una ilusión que te la transmite el club, por el buen momento dirigencial, que hacen todas las cosas muy bien, y por la gente que tiene una emoción y una alegría en la que sentís que no les podés fallar. Por eso, es imposible no ilusionaste; salgo a la calle a comprar y la gente me dice: ‘¡vamos, que este año se nos da!’ Nos ilusionamos, pero siempre con los pies sobre la tierra, sabiendo que es un torneo muy duro y con muy poco premio para tantos equipos”, destacó en la misma entrevista de hace un mes Gagliardo.


A POR EL CUARTO ASCENSO

Antes de lograr el ascenso a Primera con Barracas Central, Gagliardo contó que -alguna vez- alguien le dijo a su hijo que su papá era “un fracasado” porque “nunca iba a llegar a Primera”. Pero, tras ascender con Barracas Central, Gagliardo se sacó esa espina (más allá del comentario con mala intención).

“Hasta los 36 años no sabía lo que era jugar en Primera División, pensaba que quizás no lo iba a jugar nunca. Ese año me cambió la vida para bien, y gracias a Dios pude darles un mensaje a mis hijos, de que esmerarse, trabajar y no bajar los brazos jamás trae premio. Y hoy soy el tipo que trae los ascensos o el que más acostumbrado está a eso”, contó el arquero leproso.

“Desde que llegué se lo digo a los chicos: vine acá a salir campeón, y no le tengo miedo la palabra campeón, porque es lo que deseo. Está bueno pedirlo y que el universo te lo devuelva”, concluyó.



Buscar por tags
No hay tags aún.
bottom of page