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“La memoria nos exige una mirada crítica del presente y una búsqueda transformadora"

Este viernes por la tarde, tal como estaba previsto, se desarrolló la marcha por el Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia. La marcha tuvo su punto de partida en la Plaza España, los participantes transitaron la avenida José León Suárez hasta la Plaza de la Memoria donde se produjo la concentración principal y el acto alusivo.

Recordaron a los 25 vecinos y vecinas de nuestra ciudad, personas ‘desaparecidas, asesinadas por el terrorismo de estado’.

La marcha y posterior acto por el día de la Verdad, por la Memoria y la Justicia, fue organizado por el Colectivo de la Memoria Chivilcoy.

Los oradores en la Plaza de la Memoria fueron Germán Gusmerotti y Lorena Parabúe. Participaron de la marcha representantes de organizaciones políticas, sindicales, vecinos y vecinas de nuestra ciudad.


Germán Gusmerotti

“Se cumplen 47 años del último golpe cívico militar empresarial y religioso que instauró el terrorismo de estado en nuestro país.

Un pueblo que quiere ser dueño de su destino necesita memoria, verdad y justicia. 40 años de Democracia son un motivo más que suficiente para celebrar pero también para hacernos algunas preguntas. ¿No existe el riesgo de pensar el necesario Nunca Más en en los cómodos términos de presencia y ausencia?, como si la sola formalidad de un sistema democrático de gobierno garantizara de por sí una sociedad que haga vigente los derechos humanos. El proceso político, económico y cultura de la dictadura que se concretó con el secuestro, la desaparición, los crímenes, miedo inoculado en el alma de todo el pueblo. ¿Es tan solo un recuerdo del pasado o existen profundas huellas arraigadas, naturalizadas en nuestro modo de vida y de pensar la misma política?

¿En qué medida aquel pueblo que fue protagonista de extraordinarias transformaciones a partir del llamado proceso no devino la gente?. Gente que ha naturalizado la desocupación de millones y millones de personas, que se ha acostumbrado a la exclusión de las grandes mayorías

del acceso a una vida que sea vida, y que ha terminado de aceptar una criminal deuda externa que hipoteca por cien año a varias generaciones de argentinos.

Nos estamos preguntando si más allá de las formalidades democráticas no existe una despolitización de la vida, como una segunda piel, una especie de capa protectora que hace que la política vaya quedando reducida a un ritual cada vez inofensivo para el poder real.

En este contexto, las urnas pueden terminar siendo una acción necesaria pero insuficiente, que tan solo determina quién será el que administre los destinos de una sociedad más espectadora que protagonista. La destrucción de la idea de pueblo era la operación cultural necesaria para concretar una brutal transferencia de bienes de las grandes mayorías hacia los grupos concentrados de poder. Decía Nelson Mandela: si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas, la Democracia es una cáscara vacía aunque los ciudadanos voten y tengan parlamento.

Si ayer fueron los golpes duros, fundados en la doctrina de la seguridad nacional, hoy surgen los golpes blandos, y las operaciones desestabilizadoras dirigidas hacia los gobiernos populares. Entre ambas modalidades, existen coincidencias, persistencias y continuidades. Queremos señalar tres coincidencias, político – ideológica, económica y estratégico – represiva. Desde lo político – ideológico conviven una clara coordinación y planificación proveniente de los Estados Unidos, que si ayer se valía de la escuela de las américas para formar cuadros militares represores, desde hace unos 20 años y a partir de su departamento de estado, organiza programas llamados de buenas prácticas, donde llevan de visita a su territorio a jueces, fiscales, académicos y periodistas formadores de opinión. El objetivo no ha cambiado en lo sustancial, América Latina debe seguir siendo el patio trasero de un imperio que actúa en la región prolongando el espíritu colonial.

En nuestro país, asistimos al escándalo de un poder judicial que nada sabe de justicia y que opera de la mano de esas grandes usinas de ideas, que son los medios de comunicación social, verdaderos constructores de subjetividad.

Desde lo económico, se impulsan para la región planes que van contra nuestros intereses y siempre juegan en favor de los grupos económicos concentrados, en el marco de políticas neoliberales que fortalecen las inversiones en el país en favor de los grupos económicos concentrados, en el marco de políticas neoliberales, que fortalecen las inversiones extranjeras en el país y el comercio internacional, destrozando el sistema productivo nacional y generando estancamiento y recesión.

El terrorismo de estado a fines del Siglo XX, con sus crímenes fue la maquinaria del terror que aplicaron los golpistas para la demolición de la economía.

En la política económica, de este gobierno, decía Rodolfo Walsh, debe buscarse no solo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.

Hoy vemos con dolor e indignación cómo en un sistema democrático se prolongan planes de miseria, decía Bretch, el vientre de donde nació la bestia inmunda sigue todavía fecundo”.


Lorena Parabúe

“Para llevar adelante estos proyectos es fundamental la persecución sistemática a opositores y gobiernos populares que amplían derechos. Las fuerzas armadas son reemplazadas ahora por una tríada formada por funcionarios del poder judicial, periodistas y legisladores trabajando de manera articulada. Tal persecución se extiende a dirigentes políticos y sociales que no se disciplinen dentro de las normas marcadas por la lógica de una sociedad capitalista en su etapa neoliberal.

¿Es posible que funcione la igualdad, la fraternidad y la libertad democrática dentro de un sistema capitalista basado en la desigualdad, las jerarquías y los privilegios?, ¿de qué Democracia estaríamos hablando?, nos preguntamos finalmente, ¿en qué medida aquel terror de la dictadura no modificó el comportamiento de la sociedad, al punto de hacer invisible que la Democracia también se sostenga sobre un orden de injusticia, violencia y miedo?.

La memoria no es un juego nostálgico o un mero archivo de recuerdos, existe una pedagogía de la desmemoria que aparenta celebrar mientras no hace otra cosa que negar el pasado. Y así como ayer ocultó el genocidio, el despojo e invisibilidad padecido por los pueblos originarios, hoy se obstina en esconder las causas profundas del dolor de tantos excluidos del sistema a lo largo de nuestra historia.

La memoria nos exige una mirada crítica del presente y una búsqueda transformadora que nos permita unir nuestras luchas a aquellas de los 30.000, solo así cargaremos de sentido el Nunca Más.

En Chivilcoy queremos llamar por su nombre, reconocer y homenajear a cada uno de los compañeros y compañeras desaparecidos y asesinados por el terrorismo de estado.

Los que fueron asesinados son: Amelia Beatriz García, Obdulio ‘Quique’ De Vito, Oliverio ‘Pity’ Capellini, Carlos Vicente García, Raúl Moro, Elsa Cicero, Guillermo Sobral, Puchi Bertola, Susana Virto, Corina De Livano, Hilda Inés Olivier.

Los desaparecidos son: Carlos Alberto Lagos, Enrique ‘Tato’ Taramasco, Carlos Alaye, María Inés Carrieri, Francisco Velázquez, Julio Petraglia, Hugo Alais, Daniel Daroqui, Jorge Arturo Daroqui, Juan Carlos Daroqui, Eduardo Velurtas, Ricardo Santilli, Miguel Ángel De Lillo, Mirtha Haydé Milobara.

El tiempo pasa, con su escoba de olvidar y algunos la agarran. No es difícil barrer los recuerdos que las circunstancias tornan molestos, decía Juan Gelman, contra el olvido y los barredores de recuerdos seguiremos molestando y haciendo memoria, seguros de que como quería Roberto Arlt el futuro es nuestro por potencia de trabajo”.




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