“La palabra de las víctimas cada vez vale menos y provoca que el número de femicidios se mantenga”
Este viernes 3 de junio de 2022 se cumplen 7 años de aquel día de 2015 en que se produjo la primera movilización masiva Ni Una Menos, que se organizó tras el femicidio de Chiara Páez, la joven de 14 años que fue asesinada por el novio en la provincia de Santa Fe.
En Chivilcoy, la convocatoria se produjo en la Plaza Seca ‘Daniela Charo Latessa’ donde se escucharon distintas voces expresándose de manera alusiva a la fecha y cerrando con una marcha posterior a las puertas del municipio donde fueron pegados carteles con diferentes leyendas principalmente relacionados a la reciente denuncia por violación radicada por una joven en la Comisaría de la Mujer y de la Familia de Chivilcoy.
Asimismo, se hizo un repaso por todos los casos de femicidios ocurridos en Chivilcoy durante los últimos años.
En Radio del Centro, charlamos con la Dra. Valeria Alcaín, abogada especialista en prevención y abordaje del abuso sexual en las infancias como asimismo en violencia de género en todas sus formas.
Primeramente nos interesó conocer, de acuerdo a su parecer, cómo se llegó a este nuevo 3 de junio y nos respondió: “Llegamos como siempre y realmente desde la práctica no observo muchos avances, sigue costando muchísimo, cada vez más. En los últimos años, noto incluso toda una movida en contra de los derechos de género al menos dentro de la Justicia.
Los derechos están ganados, legislados, pero hacerlos valer nos cuesta muchísimo como asimismo que nos crean. La palabra de las víctimas cada vez vale menos y es luchar todo el tiempo contra molinos de viento provocando que claramente el número de femicidios se mantenga”.
En cuanto a las estadísticas, la abogada señaló: “No soy muy amiga de las estadísticas porque si bien nos proporcionan un pantallazo, hay muchas cosas que escapan a éstas y si las estadísticas nos arrojan un número seguramente la situación es mucho más grave porque hay un montón de causas donde está la violencia de género presente pero no se caratulan como tal.
Hasta las mismas mujeres tienen naturalizado que lo ocurrido no haya sido por violencia de género y no lo denuncian, soy muy cuidadosa con las estadísticas, debido a que si bien nos sirven para generar políticas públicas, debe tenerse en cuenta que si los números arrojan que hubo 2000 femicidios desde que comenzó el ‘Ni una menos’ éstos seguramente sean mayores”.
En cuanto a las causas por violencia de género, Alcaín remarcó: “Muchas veces las causas por violencia de género se caratulan como lesiones o amenazas, cuesta muchísimo se advierta que hubo una tentativa de femicidio, todo nos cuesta horrores dentro de la Justicia y por eso siento que continúa siendo muy grave la problemática de la violencia de género en el país y siempre a partir del 3 de junio volvemos a reivindicar para que se hagan efectivo todos los derechos que en las leyes están hermosamente plasmados pero en la realidad ocurren muy poco.
Muchísimas causas de violencia de género que llevo están caratuladas como lesiones o amenazas. Incluso en Mar del Plata tengo una causa muy grave de claro intento de femicidio que se encuentra caratulada como amenaza y lesiones, estamos tratando de probar al Tribunal que hubo un dolo femicida para poder acceder a la tentativa”.
Preguntada en cuanto a 2022 y la perspectiva de género, señaló: “Es muy difícil en la Justicia el cambio de mirada, falta muchísima perspectiva de género y si bien está la Ley Micaela, que involucra una capacitación obligatoria por parte de los operadores, hay aspectos que no se adquieren. Existe un cambio de mentalidad que difícilmente se logre con un curso.
Tengo fe que un cambio cultural, aunque requiere tiempo, a medida que vayamos evolucionando se irá consiguiendo esa perspectiva de género pero en el mientras tanto necesitamos tener herramientas para poder pelearla, estamos en el punto de inflexión para alcanzar la igualdad real pero nos falta bastante todavía”.
Con respecto al descreimiento a las víctimas al momento de radicar una denuncia, Alcaín consignó: “Me enojo muchísimo con esta doctrina de las falsas denuncias, que a las mujeres no se les cree. Las mujeres tienen que probar y muchísimo, se descree de la palabra por la cuestión de ser mujeres pero sí sale de manera automática, tal como indica la ley, es el resguardo de esa mujer que va y denuncia. Ahí aparece un perímetro, una medida de prevención pero luego no hay ningún castigo para el agresor si ella no lo puede probar y muchas veces son cuestiones que no se logran probar porque pasan de manera íntima, es donde sigue faltando y careciendo de perspectivas de género. Tampoco hay perspectiva de niñez.
De hecho, la violencia de género no es delito por sí mismo; en el Código Penal están agravadas las lesiones, las amenazas, el femicidio por cuestiones de género pero las violencias de género psicológicas, digital, la difusión no consentidas de imágenes íntimas no está tipificado como delito. Cuando concurro a hacer una denuncia, la única herramienta que me llevo es un perímetro.
Cuando hay violencia física un perímetro que aleja al agresor sirve, pero cuando hay económica no sirve un perímetro. Cuando hay difusión de imágenes íntimas tampoco sirve un perímetro. Hay herramientas y está bárbaro que existan también nos faltan muchísimas.
Asimismo, hay un montón de desobediencias que son delitos aunque preguntaría a las autoridades ¿cuántos presos hay actualmente por desobediencia a restricciones perimetrales?, seguramente muy pocos o ninguno.
Acerca del aspecto legislativo, la letrada espetó: “En el Congreso se estuvo manifestando un proyecto sobre la legislación o el agregado de la violencia vicaria y digital a la ley 26485 como modalidades de violencia para tratar de ir haciendo algunas modificaciones. A medida que vamos caminando la práctica nos damos cuenta que falta mucho por realizar aún y precisamos más herramientas para hacer valer los derechos. Cuesta muchísimo que se apliquen las leyes ya aprobadas”.
Al pedirle su opinión sobre qué falta para que esas leyes se cumplan, Alcaín planteó: “Falta compromiso y responsabilidad de los operadores para cambiar la realidad que estamos atravesando en materia de Justicia; no se comprometen, puedo asegurar que les da igual. Me pasa que cuando solicito cuestiones que deben estar muy aceitadas y trabajar todos en la misma dirección soy la ‘loca’ que los hace trabajar, que fácil sería si todos trabajáramos con el mismo compromiso y responsabilidad, se facilitaría mucho el trabajo para las víctimas e incluso para los propios operadores”.
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