“La tarea del cuadernos es visibilizar y analizar qué pasaba en la vida cotidiana por aquellos días”
- dlcchivilcoy
- 29 mar 2023
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Este jueves, en la vigilia del Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, fue presentado el Cuaderno de la Memoria 2. Cotidianidad, una telaraña en las pupilas de Enrique Yapor y Germán Gusmerotti.
En Radio del Centro, Enrique Yapor, uno de los autores, brindó detalles del contenido del cuaderno, explicando el por qué de la cotidianidad y dejando su reflexión acerca de los 40 años de democracia.
-¿Qué aborda el segundo cuaderno de la Memoria?
-Abordamos la temática de la cotidianidad en tiempos de la dictadura en Chivilcoy. Pusimos como título, tomando un texto de Oliverio Girondo, ‘Una telaraña en las pupilas’ que de alguna manera anuncia la problemática que pretendemos abordar. La costumbre, expresa Oliverio Girondo, nos teje una telaraña en las pupilas. La vida nos acostumbra a una serie de cuestiones que llamamos lo natural, lo obvio, el sentido común, lo normal y bajo esas percepciones o imaginarios de la realidad se nos empiezan a ocular realidades profundas. La tarea del cuadernos es visibilizar esas cuestiones y analizar qué pasaba en la vida cotidiana, qué pasaba en la familia, en los medios de comunicación, qué pasaba en los clubes, en las escuelas por aquellos días.
-¿Cómo obtuvieron el contenido?
-En términos generales el trabajo que abordamos tiene una dificultad y obedece a salir a buscar datos, esos datos están en las personas y por lo tanto, hay que hacer reportajes a personas que fueron contempóraneas pero lamentablemente esos reportajes están resignificados y está bien sea así, por lo tanto hay que analizar esa resignificación si es tal. Después hay otras fuentes: diarios, revistas que son muy importantes, fuentes fundamentales. Si a esos datos los tiro al lector de forma desordenada o acumulativa no aportan una racionalidad si no que debemos organizarlos desde un esquema conceptual y un marco teórico. Dedicamos gran parte del ensayo a encuadrar, tendiente a la cotidianidad, un trabajo filosófico un poco tedioso, no tanto en la lectura que es amable, en la búsqueda y el armado.
-¿Qué sentía la mayoría de la población en ese momento?
-En toda la primera parte a partir del partir del crimen de De Vito y Capellini notamos que existe una realidad que atraviesa a la comunidad chivilcoyana y es el miedo conjuntamente con cierta parálisis. En boca de los entrevistados aparece muchas veces la palabra miedo, un miedo enquistado de tipo celular a punto tal que en una nota que le hicimos a Jorge Juancorena, ex intendente de Chivilcoy, cuenta el pavor y tremendo temor que sintió cuando fue al velatorio de De Vito y Capellini porque la sensación que también podía sucederle a él aquello que le sucedió a sus compañeros.
Los genocidios logran generar un temor paralizante en la comunidad y mucho de eso sucedió.
-¿Por qué algunas personas tienen esa sensación que no pasaba en aquellos años?
-Las acciones fueron muy diversas en relación a que varias personas tuvieron la sensación que no había pasado nada, que si las cosas se hacían bien no ocurría nada y que las cosas terribles sucedían en otro lugar, pero era una gran mentira también porque fue estrategia de la dictadura hacer de los municipios espacios microcelulares o lugares donde se ensayaba una especie de control territorial y poblacional con una comunidad despolitizada y preocupada por los temas más comunes, alejada de los grandes reclamos como podía ser el Peronismo, los grupos de Izquierda. Fue una especie de ensayo de ciudadanía despolitizada que generó una sensación que en Chivilcoy no pasaba nada y las cosas ocurrían en Buenos Aires, en La Plata que eran los lugares de mayor concentración urbana.
Las medidas represivas se encarnizaron más en las zonas que representaban una mayor población y de hecho en Chivilcoy de las 25 víctimas que fueron detenidas o desaparecidas tenemos al matrimonio Carrieri de Moquehuá, De Vito y Capellini porque los demás crímenes o desapariciones se registraron en otros lugares como Córdoba, Buenos Aires, en La Plata.
-¿En Chivilcoy trascendía aquello que sucedía con las personas desaparecidas?
-En Chivilcoy hubo un gran silencio porque poco se dice de la desaparición de ‘Tato’ Taramasco, de Eduardo Velurtas, prácticamente están ausentes a excepción del crimen de De Vito y Capellini que fue impactante para nuestra comunidad aunque, contra otro imaginario, no fue el primero debido a que el primero fue el de los hermanos García en el año 1975 y el Peronismo debe hacerse cargo porque fue un crimen cometido en democracia de la misma manera que ocurrió con De Vito y Capellini, el gobierno de Isabelita a través de la Triple A que después se prolonga en la dictadura.
Es complejo el análisis en relación a que en ocasiones se tiene una mirada binaria de buenos y malos, democracia y dictadura pero en democracia también sucedieron hechos espantosos que después persistieron y se desarrollaron.
-¿En qué consistía la estretagia que mencionó?
-El 90 por ciento de los intendentes en todo el país eran civiles y no fue casual, mientras que, los gobernadores eran militares casi en la misma proporción. La estrategia respondía a tener un gran control territorial en las provincias y en los municipios generar esas sensación que no la situación no estaba tan mal. De hecho, había un documento expresando las caracteristicas que debía tener el intendente del llamado proceso de reorganización nacional: un vecino querido, en lo posible que no pertenezca a los grandes partidos reivindicatorios, de luchas populares.
Otra de las cuestiones que forma parte de la cotidianidad obedece a que el radicalismo fue el que más intendentes aportó a la dictadura seguido por el peronismo.
-¿Qué otras consecuencias dejó la dictadura al país?
-La deuda externa de $ 7 mil millones pasó a $ 44 mil con los militares, el salario de los trabajadores bajó un 40 por ciento. La deuda externa la contrajo el gobierno militar el mismo día que asumió cuando todavía Videla, Agosti, Massera cuando todavía no eran reconocidos como autoridades porque era un golpe de facto, el Fondo Monetario ya estaba otorgando el crédito al país aunque detrás estaba la doctrina de la Seguridad Nacional, el Plan Cóndor y un proyecto que pretendía desde lo económico que Argentina y países de Latinoamérica fueran el patio trasero de Estados Unidos y que se diera una transferencia brutal de bienes de las grandes mayorías a los grupos concentrados de poder, lo expresa magistralmente Rodolfo Walsh en la carta que le costó la vida.
-¿Qué siente en estos 40 años de democracia ininterrumpida?
-Me preocuopa pensar el Nunca Más en los cómodos términos de presencia y ausencia en relación a que ahora hay democracia, nos quedamos tranquilos y no hay dictadura. Digo en los cómodos términos porque deberíamos comprobar cuánto de aquello se prolonga en el presente, cuánto de aquel proyecto económico no sigue vigente debido a que tenemos una brutal deuda externa contraída a espaldas del pueblo y me hace acordar a la deuda que le dejaron a Alfonsín los militares en un proyecto liberal en relación a destrucción de la industria, de favorecer a las políticas agroexportadoras que nos hacían dependientes. Son matrices que se mantienen intactas si no que se profundizó. La pobreza en el año 1975 era de 4,7 y cuando se fue la dictadura creció a 13,5, ahora estamos más arriba.
Cuando Nelson Mandela vino a Argentina dijo algo que me conmovió: si cuando una hermana tiene hambre no hay pan, si cuando se enferma no tiene medicamentos, si cuando quiere estudiar no tiene escuelas, la democracia es una cáscara vacía aunque haya urnas y parlamento.
Hace unos meses tuvimos un intento de magnicidio que es aberrante y un resabio de violencia que abodece a miradas autoritarias, prepotentes y un sector de la población se siente dueño de la verdad, no sabe dialogar ni hacer política.
-¿Las expresiones de las personas que no vivieron el proceso?
-Es interesante conocer cómo recuerdan lo sucedido quienes no vivieron en la dictadura y hay dos interrogantes que surgen en el texto que armamos con Germán en relación a un chico que le pregunta al papá ¿Por qué los militares prohibieron el carnaval? y ¿qué fue el destape?, dos grandes temas y es interesante porque se abrieron algunas lateralidades en el ensayo. Es interesante el diálogo entre los adultos y jóvenes explicando el por qué de la suspensión del carnaval y del fenónemo del destape en un proceso militar que tenía un modelo de familia patriarcal con la madre subordinada al hombre de la casa en un esquema de verticalidad y una familia funcional al régimen.

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