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“Las baldosas, como marcación urbana y cartografía de la memoria, las pensamos como un archivo vivo"

Germán Gusmerotti


“Las baldosas, como marcación urbana y cartografía de la memoria, las pensamos como un archivo vivo que ayuda a la necesaria construcción de ciudadanía”



El Colectivo por la Memoria Chivilcoy el sábado llevó a cabo la colocación de baldosas, en la Plaza de la Memoria, en homenaje a Madres de Plaza de Mayo en la Plaza de la Memoria.

Homenaje a Madres de Plaza de Mayo: Adelina Dematti, Rita Langone y Carmela.

Germán Gusmerotti

Uno de los oradores de la jornada fue el profesor de Historia y autor del libro ‘El fuego de su sangre’.

“Estamos muy conmovidos y queremos agradecer la visita de familiares de Rita, Carmela y Adelina. El pañuelo que preside este acto pertenece a Rita Langone.

Es un acto muy significativo para la memoria, la verdad, la justicia y los derechos humanos. El acto simbólico que vamos a realizar al colocar esta baldosa de la memoria junto a la presentación de las biografías de las tres queridas madres de Chivilcoy, viene a saldar una deuda, así le gustaba decir a Osvaldo Bayer.

El agujero del olvido, nos hacía pensar que en nuestra ciudad solo Adelina Dematti había tenido una militancia en Madres de Plaza de Mayo.

Distintas circunstancias, sumadas a la búsqueda que con el Colectivo venimos haciendo, nos abrieron la puerta para que hoy podamos contar las historias de tres mujeres chivilcoyanas vinculadas a la agrupación Madres.

Una memoria que relega y segrega es una memoria fragmentada y por lo tanto, necesitamos reconocer y hacer públicos los nombres de aquellas que fueron un pilar fundamental en la defensa de la vida de sus hijos y en la lucha por la vigencia de los derechos humanos durante la última dictadura en nuestra ciudad.

Las vamos a nombrar como quien saca del polvo del olvido y mide esas pisadas que el tiempo fue tapando, para penetrar en aquello que se fue amasando y tejiendo como historia de vida. De esta manera, unimos nuestras vidas a las suyas y enlazamos el presente con el pasado. Adelina Dematti, Carmela Prizzi y Rita Langone.

Será este un acto de justicia y reparación, también será un acto de amor. Hasta hoy solo Adelina era reconocida públicamente en nuestra ciudad como militante activa en la agrupación Madres. Y así, por ejemplo, el Complejo Histórico Municipal, con toda justicia, lleva su nombre. Pero tanto Carmela como Rita permanecen silenciadas en la memoria colectiva, ¿por qué razón se produjo semejante silencio?, ¿qué nos revela?, ¿de qué habla?, ¿qué denuncia este hecho?, ¿se trata de una omisión o más bien de un ocultamiento? Estamos tentados de responder que ambos procesos impactaron simultáneamente en una operatoria de que día a día fue naturalizando la injusticia.

Existe una escena recurrente en las historias de nuestras mujeres, deshacer su presencia en el espacio público, borrar su acción en los escenarios políticos y sobre todo deshistorizar y despolitizar los mecanismos a través de los cuales los cuerpos masculinos devinieron cuerpos de la política, la cultura, el saber y se tornaron apolíticos los mecanismos que imponían la reclusión doméstica de las mujeres y su exclusión de todo debate concerniente a las transformaciones del orden establecido.

Junto con la baldosa que descubrimos, inauguramos la serie de lo que llamamos Cuadernos de la Memoria. En esta primera entrega, ponemos al servicio de la comunidad las líneas biográficas que salen al rescate de las vidas de Rita, Adelina y Carmela.

El final de cada una de las biografías contiene una hoja en blanco, con la intención de dejar expresamente manifiesto que la memoria es una hecho colectivo, un acontecimiento siempre abierto que nos llama a completar, a resignificar y a tomar partido en la construcción de una historia que nos incumbe a todos.

El gesto que vamos a hacer en esta tarde nos pone frente a una disputa de sentido, contra un tiempo que en gran medida se pretende sin memoria, sin pisadas ni marcas y nos sitúa en una confrontación con la pedagogía de la desmemoria, del ocultamiento nada casual del protagonismo histórico de nuestras mujeres.

Las baldosas, como marcación urbana y cartografía de la memoria, las pensamos como un archivo vivo que ayuda a la necesaria construcción de ciudadanía, reparación simbólica y ejercicio de una memoria que es celebración y abrazo.

Esta tarde, queremos que todos ustedes se nos unan a la lucha que Rita, Carmela y Adelina hicieron por todos nosotros, por sus hijos, buscándolos. Ver tantos jóvenes en esta plaza es una esperanza de que van a tomar la posta por ellas y por sus familias”.

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