Martello: “El ascenso de los consumos no va en paralelo con los recursos para prevenir y atender”

El envenenamiento por cocaína adulterada ha dejado hasta este viernes 23 víctimas fatales, y de ese total 14 fallecieron en sus domicilios o en la vía pública sin posibilidad de recibir atención médica. En tanto, otras 20 continúan internadas en salas comunes.

Al respecto consultamos en Radio del Centro al Defensor del Pueblo Adjunto de la Provincia de Buenos Aires, Walter Martello en relación a la problemática en materia de adicciones que deja al descubierto tal situación.

“Desde que se conoció la lamentable noticia del fallecimiento de más de 20 personas no hay que perder la centralidad en cuanto al tema del adicto porque en definitiva las personas que fallecieron son todas quienes padecían algún nivel de adicción y en varios casos de carácter muy profundo.

El tema policial es el que seguramente tiene mayor atracción para los medios y la gente que pretende conocer la trama aunque no debería dejar de hacernos de perder esta oportunidad en relación a reflexionar con respecto a qué está sucediendo acerca del consumo en el país y como está impactando en la vida de las personas jóvenes y no tan jóvenes.

Quedó demostrado que la mayoría de las personas que fallecieron tenían edades entre 25 y 50 años.

Entiendo que tal vez llame la atención que la persona internada una vez que le dieron el alta y ya fuera del Hospital lo primero que quería hacer es consumir pero justamente de eso se trata la adicción en relación a no poder tener la voluntad para comprender y racionalizar perfectamente el daño que produce la sustancia que está injiriendo, en este caso la cocaína.

-¿Cómo se debería actuar a partir de ahora?

-Hay que trabajar en la prevención y lógicamente la atención, se necesita de una política clara. Estamos en todo tipo de sustancias en lugares muy lamentables en cuanto al consumo en Argentina, merece un fortalecimiento en todas las políticas públicas respecto a la atención y a la prevención.

Se hace mucho esfuerzo pero con lo que tenemos no alcanza y uno de los reclamos más importantes de una madre era la posibilidad de ingreso a los centros que en muchos casos se encuentran desbordados a partir de esta situación.

Actualmente tenemos que reflexionar todos juntos acerca de la centralidad que tiene el adicto, aquello que le está pasando y cómo de una vez por todas formulamos políticas públicas que vayan más allá de un gobierno, de un partido y contar con un plan a largo plazo como hicieron en otras latitudes para bajar éstos índices lamentables.

-¿El consumo de cocaína en el país?

-Estamos hablando de una sustancia como cocaína, no deja de ser importante mencionar que lamentablemente Argentina es el tercer consumidor de cocaína en América Latina y el octavo a nivel mundial. Pese a que no es la sustancia que más se consume, en este caso es la que produjo esta situación.

Entre los años 2011 y 2017 la prevalencia del consumo de cocaína en Argentina fue del 129 por ciento expresado por la Oficina de Naciones Unidas para la droga y el delito en las estadísticas que formulan cada cuatro años. Se trataba de una cuestión que más allá del conocimiento empírico que todos tenemos, se nota el importante crecimiento de los consumos y estaba documentado.

Por un lado notamos el ascenso de los consumos que no va en paralelo con el ascenso de los recursos que deben emplearse para prevenir y atender a los adictos, amén de la cuestión policial y lucha contra el narcotráfico que también es un tema para discutir.

Cuando observamos el consumo de alcohol, de tabaco que son drogas lícitas ocurre lo mismo porque Argentina se encuentra ubicado siempre en los lugares a nivel de consumo en América Latina.

Argentina también tiene que empezar a considerar que estamos en una epidemia de alcoholismo y se necesitan políticas de estado urgente en tal sentido.

-¿Por qué pueden producirse las situaciones que describe?

-Esta situación puede ocurrir porque hay leyes que tienen 25 años de vigencia, rápidamente deben aggiornarse y tomar otras decisiones a niveles judiciales pero atacando la demanda en cuanto a la situación del adicto también es una manera de contribuir a bajar la situación del narcotráfico, narcomenudeo, el micromenudeo. Si los adictos consumen menos o no consumen seguramente habrá menos mercados resultando menos atractivos y sin ser utópicos que desaparecerá al menos atenuar los índices.

-¿A qué puede obedecer el hecho de tener personas cuya intoxicación no fue grave?

-Hubo personas que tuvieron un consumo leve y afortunadamente no fallecieron pero obedece a una cuestión que los padres debemos saber respecto a la marihuana. La marihuana se consume fumando pero en ocasiones los jóvenes, y no tan jóvenes, consumen lo que llaman el nevadito que consiste en el cigarrillo de marihuana o porro rociado con la sustancia de cocaína para que les genere un nivel de satisfacción en su creencia de mayor volumen. Justamente quienes se salvaron fueron los que utilizaron esa metodología pero fue casi una cuestión fortuita relacionada a la cantidad de esa sustancia que le agregaban y es para tener en cuenta porque el consumo de marihuana tampoco está bien debido a que se desconoce la trazabilidad, si está estirada, qué contiene, si el diller que la vende agrega componentes para hacerla más adictiva. Sobre el consumo de marihuana nos tiene que servir para charlar de cuestiones como el joven que entró por consumir muy poco salvó su vida milagrosamente.

-¿Qué sustancia pudo adulterar la cocaína?

-Está mencionándose que la sustancia utilizada para cortar la cocaína sería el fentanilo pero no podría afirmarlo porque no observe ningún paper oficial que lo determine. Personalmente no me parece porque el fentanilo es una derivación de un opiáceo proveniente de una planta de la amapola que se utiliza para medicamento y genera gravísimas adicciones. En Estados Unidos el año anterior se registraron 77 mil muertos de sobre dosis por fentanilo pero no es una sustancia barata para estirar y me parece que deben esperarse las pericias para luego evaluar las acciones a seguir.