Me di cuenta que debía contar la historia de Ana Rocío ya que no está en ningún diario
El director de cine, Juan Cruz Caricati anunció que prontamente comenzará la producción y rodaje de una serie (en principio de diez capítulos), escrita y dirigida por él denominada ‘Millones’ que
abordará una historia real acerca de una niña de 13 años que falleció de cáncer como consecuencia de las fumigaciones con agroquímicos.
Caricati estuvo en Francia en el año anterior debido a que su cortometraje ‘Tierra Pérdida’ fue parte de la Selección Oficial de la decimoséptima entrega del certamen Mobile Film Festival, el cual fue auspiciado por las Naciones Unidas, inspirado en la historia de lucha de la docente Ana Zabaloy, directora de la escuela rural N°11 de San Antonio de Areco, provincia de Buenos Aires. La docente falleció en junio de 2019 como consecuencia del cáncer, además de sufrir una serie de complicaciones provocadas por la exposición permanente a dichas sustancias.
Entrevistado en Radio del Centro, Caricati ahora pretende contar en una serie, cuyo propósito es filmarla íntegramente en nuestra ciudad, lo sucedido con la pequeña Ana Rocío.
-¿Qué historia pretende contar la serie?
-Contará la historia de una niña de 13 años llamada Ana Rocío que falleció de cáncer horas antes de cumplir años. Concurría a una escuela rural de una localidad cercana a la nuestra. La escuela era fumigada por un avión y ese año murieron tres compañeritas de Ana Rocío de cáncer, es una historia que no está en ningún diario.
La historia de la niña me llegó cuando estaba en París, en su momento le escribí a la madre a Gabriela – a quien en unos días iré a visitar- así que llegó el momento de contar la historia de Ana Rocío, estoy muy contento de poder hacer la serie en Chivilcoy.
Serán mínimamente diez capítulos, mi idea es comenzar a filmar este año para continuarla durante 2023 con mucho más apoyo. Pretendo hacer un capítulo lanzamiento que empiece a viajar por el todo el mundo para en 2023 filmar el resto de los capítulos.
-¿Quiénes actuarán en la serie?
-La serie tendrá la participación de Laura Azcurra y Claudio María Domínguez, dos amigos que conocí y observaron ‘Tierra Perdida’; Claudio me entrevistó y Laura me propuso hacer algo juntos. Estoy a días de poder concretar el proyecto más grande de mi vida y también de la ciudad a nivel cine. Tengo ganas que en el primer episodio de la serie actúen alrededor de 200 o 300 chivilcoyanos.
Siempre, dentro de mi capacidad, busco que cada uno de mis proyectos sea lo más grande posible. Siento que es el momento, que estoy listo para ponerlo en práctica y que la ciudad me está ayudando también.
-¿Por qué contar esta clase de historias?
-Son historias que cuando me llegan me interpelan mucho y en ese momento lloro, siento desde un primer momento que esa historia debo contarla porque si no la cuento nadie lo hará. Ana Rocío tendría 19 años, me pregunto que estaría haciendo ahora y se trata de una niña que falleció por concurrir a una escuela. Me llegan muchas historias de estas características pero algunas resuenan más que otras y es el núcleo de otras miles. Con una sola historia se puede emocionar, despertar y sensiblizar a millones de personas más. Siempre busco contarlas como sea porque no estoy buscando un beneficio económico, todo lo contrario, ando buscando recursos para poder cubrir costos y apelando al apoyo de la ciudad.
-¿El proyecto de la película de Ana Zabaloy?
-Cuando me comuniqué con Gabriela (madre de Ana Rocío) le prometí que un personaje iba a estar inspirado en su hija. Después me di cuenta que la historia de Ana Zabaloy ya estaba contada y que debía contar la historia de Ana Rocío que no está en ningún diario y en ningún medio en el orden nacional, me parece muy terrible, cruel, atroz dentro de un sistema represivo y censurador.
Tengo escrito el guión, pero hace días que no lo puedo tocar porque estoy en la faceta de dirección – producción. Esta clase de procesos a nivel industrial requieren de 3 años para poder gestarlos pero lo estoy haciendo con ayuda en un mes y medio, no es sencillo pero entiendo que es posible y sucederá en pocos días.
Cuando me dicen que es difícil de concretar el proyecto pienso en Ana Zabaloy, pienso en Ana Rocío y todo lo que vivieron, la niña tenía 13 años y tanto le dolía el cuerpo que últimamente no podía ver. Entonces, teniendo la posibilidad de hacer su serie cómo no mover cielo y tierra para poder contar su historia. Es una historia que debe trascender Argentina como pasó con ‘Tierra Perdida’ y viajará por todo el mundo.
-¿Qué dijo la madre de Ana Rocío cuando le propusiste hacer una serie en honor a su hija?
-Me dijo que sería hermoso, una forma de recordarla siempre y de eso se trata, poder sublimar su historia y que sea un símbolo, un valor, un faro y una luz para que esta clase de episodios no se repitan más. Fumigar una escuela es algo cultural, no hablo de modelo productivo y tiene que cambiar ya.
Necesitamos que haya memoria, que no sea una más, su familia precisa apoyo, no puede ser una más. Acá también existe un nunca más que nadie menciona, viajan chicos de todos lados a Buenos Aires con leucemia y es un tema que nadie toca, es el nunca más que nadie habla hasta ahora.
-¿El proyecto busca hacer trascender a Chivilcoy?
-Será un punto de inflexión porque cuando ocurren eventos de estas características, las ciudades cambian para siempre y nunca más será la misma. A mí José Campusano, director de cine de culto que fue mi maestro, cuando se lleva a un proyecto como el que pretendo realizar, las ciudades cambian para siempre porque que actúen en un episodio 200 personas de la ciudad empieza a vivir el cine en Chivilcoy. Ya Chivilcoy tiene una fuerte cuna de teatro que sabemos todos y ahora falta que también lo sea en el cine. Mi idea es justamente dar ese impulso al cine de Chivilcoy, que la ciudad pueda trascender a partir de esta serie.
-¿Te imaginabás iba a tener tanta repercusión ‘Tierra Perdida’?
-En el momento que lo filmamos no, pero cuando comenzó a viajar de pueblo en pueblo y haya más de 500 mil reproducciones entendí que era algo distinto, un tema al que le hacía falta voz y el corto se lo da. Ahora, me escriben a diario que el corto es observado en escuelas de todo el país y continuará reproduciéndose cada vez más hasta que paren de fumigar. Es un trabajo histórico en la temática y también en el país porque hacerlo con un teléfono, sin micrófono, sin luces, en una hora que ven en escuelas de Argentina, que se proyectó en Madrid, en Toronto, en París y en tantas ciudades del país, ya es algo histórico. No tengo dudas que vivirá cada vez más y está sentando un paradigma porque cuando voy a las escuelas, los chicos quieren hacer cine después de ver el corto para contar historias que nacen de la realidad. La obra ya camina sola y hasta vuela, golpea puertas, ingresa cada vez en más lugares. El corto es la voz de las maestras y alumnos que la pasan mal en las escuelas rurales, es un grito en el silencio.
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