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“No es para nada beneficioso convivir con la inflación, no es ninguna virtud”

Como es habitual, en la mañana del viernes dialogamos en Radio del Centro con el economista, Martín Herscovich acerca de la realidad financiera del país atravesada por el último dato de la inflación otorgado por el INDEC, como asimismo los aumentos en las tarifas anunciados para el mes de mayo, la baja del gasto público en relación a su viabilidad. También, hizo alusión a la clase política y su ocupación para resolver los problemas de nuestra economía.



-¿El precio de los alimentos en la economía familiar?

-En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires los alimentos ya estuvieron por arriba del 10 por ciento en relación al aumento mensual y es un factor preocupante. Los aumentos en alimentos impactan más en los sectores más vulnerables porque son quienes gastan una parte importante en alimentos. Si una familia gasta 70 u 80 por ciento en alimentos cuanto más se incrementa ese ítem más desfavorables son los números.

Vamos a entrar en un escenario complicado no solamente para el gobierno si no para la economía en general por el impacto de la sequía que influye también en el precio de los alimentos en relación a que no tener trigo o no tener maíz implica que los alimentos derivados de esos cultivos se encarezcan porque al no existir ofertas estará complicado para los productores de alimentos conseguir esos insumos básicos y de calidad para tener pan, fideos, a partir del trigo.


-¿Está bien que convivamos con la inflación?

-No es para nada beneficioso convivir con la inflación, no es ninguna virtud. Lo único bueno que puede salir de este contexto es el hecho de convivir en economías inestables como es la Argentina y cualquiera pensaría que ante cierto escenario de una mejora económica, en relación a lograr cierta estabilidad el empresariado, trabajador y demás, tienen mejores herramientas en la comparación con el resto del mundo, en tanto que competidores comerciales en un futuro, porque aprendimos a convivir con un cambio de reglas constantes y con vaivenes económicos, entonces ante cualquier sacudón estamos preparado cuando un trabajador de otro país quizás no lo esté ante un cimbronazo mundial.

Es la única virtud que podemos rescatar.

El empresario o un trabajador tiene que estar pensando qué hacer con el dinero porque todos los días se desvaloriza, hay que ser expertos en materia financiera para no estar perdiendo dinero. Hay peores situaciones como las personas que deben recortar salida, alimentación u otra cosa a dejar de hacer.

Hace algunos años se estaba apostando a la construcción allí se invertía el dinero pero con la dificultad en relación a quien venderle esas casas. Es muy difícil convivir con la inflación, a todas las personas le resulta complicado buscar los mecanismos y nos estresa a todos tener que fijarnos qué productos están en precios cuidados, precios justos o cuando salís algo que compraste costaba más barato en otro comercio te terminás lamentando. Es muy estresante para la sociedad toda amén de no llegar a fin de mes.


-¿La clase política está en sintonía con el contexto económico?

-La clase política se encuentra alejada de la realidad e incluso se observaba una chicana entre Cristina (Fernández) y (Martín) Lousteau en el Senado donde primeramente se referían a cuestiones burocráticas de quórum donde Cristina le dice que ya deberían haber aprendido el tema del quórum y Lousteau le responde ‘ustedes tendrían que haber aprendido de economía’ y Cristina retruca ‘vos me enseñaste con la 125’, dos personas que actualmente se encuentran ocupando cargos importantes en el Senado fueron los principales autores de una de las medidas económicas más conflictivas como ocurrió con la 125 en el año 2008 y se chicanean con esas cuestiones, mientras no veo en la clase dirigencial propuestas con soluciones reales a los problemas cotidianos de la gente y más teniendo en cuenta que estamos en un año electoral.


-¿Sentiremos en nuestra economía el impacto de los aumentos anunciados para mayo?

-Ya estamos sintiendo el impacto en las tarifas de energía eléctrica y de gas, incrementos en transporte, todos los regulados ya tuvieron vía libre para poder aumentar en el mes de mayo y lógicamente se sentirá en la diaria, en el número de inflación que arrojará mayo. Cuando se elabora el índice se tiene en cuenta los productos estacionales, asimismo los regulados y los no regulados. En un punto es lógico que si todo aumenta, la tarifa de luz también suba y va en línea con la realidad que estamos atravesando.


-¿Cómo puede empezar a mejorar la economía del país?

-Se debe frenarse de raíz porque es la causa del problema es el gasto descontrolado del gobierno y la emisión monetaria que luego genera los aumentos. Cuando pisan la tarifa eléctrica porque lo pueden regular en algún momento esa tarifa se paga, a la larga o a la corta ya sea por abonarla más cara o en su defecto con un peor servicio. Ya se intentó congelar y no aumentar las tarifas durante un cierto período de tiempo y después nos termina sucediendo de tener corte de energía por cualquier motivo o que las empresas en invierno no tengan gas.

Los servicios tienen que costar aquello que sale hacerlos y abonar porque esa ficción que el gobierno subsidie para que seamos más baratos es quitarle a uno para dar a otro sin dar el valor real a las cosas. Si las facturas mensuales de energía eléctrica y de gas nos cuestan menos que salir a comer en familia, algo está pasando con un precio relativo no acorde a la situación real. El sentido común indica que en lugar de subsidiar tienen que bajar los impuestos en las tarifas debido a que si agarramos una liquidación de luz o de gas notaremos que más del 40 por ciento son impuestos.


-¿Se puede bajar el gasto público y en qué sectores?

-Mi postura es que debe bajarse el gasto público aunque otros economistas expresan que los niveles del gasto público están bien. La realidad es que Argentina hasta el año 2000 mantenía un nivel de gasto púbico cercano al 20 o 22% del Producto Bruto y el estado gastaba ese porcentaje de aquello que se producía en el año, respetándose en todos los gobiernos. A partir de 2002 o 2003 tuvimos un sendero creciente y actualmente estamos en un 40%, el estado fue acumulando funciones y gastos que fue financiando con más impuestos y con más emisión. Cuando aducen que se no puede bajar el gasto público obedece a que gran parte del gasto público en un 50 o 60% son jubilaciones y pensiones, está claro que por una cuestión social y moral no se puede reducir. Gran parte del gasto está en esos ítems porque se masificaron las pensiones y jubilaciones e incluso teniendo moratorias para que puedan ingresar personas a jubilarse debido a que sin aportes no hubiese podido acceder. Después, existen gastos grandes como los subsidios económicos a las tarifas de energía eléctrica, gas, transporte que deben ser reducidos y pagar aquello que las cosas cuestan así tener una dimensión real de lo que cuesta y no sean ficticias por una política del gobierno. Asimismo, otros grandes ítems pasa por el personal y obras públicas. El gasto en personal tiene que ser reducido porque el estado acumuló muchísimas funciones y sentimos que hay gente demás aunque no es lo que mueve la aguja en mayor proporción pero significaría una señal importante de los próximos funcionarios manejarse con menor cantidad de gente en las distintas áreas. El estado necesita ser más eficiente porque son muchos los países que tienen un 40 por ciento de gasto pero brindan servicios acordes, proporcionan rutas, trenes, salud, seguridad y justicia de calidad cuando en Argentina gastamos lo mismo pero no se ofrecen servicios de calidad. El desequilibrio está en lo que gasta y en lo que brinda el estado nacional.


 

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