Pacientes con Covid-19 internados en el Hospital Municipal participaron de un estudio clínico
Un total de 210 pacientes infectados con Covid-19 que estuvieron internados en el Hospital Municipal con cuadros de neumonía bilateral participaron de un importante estudio clínico, basado en un tratamiento con el antiflamatario colchicina, supervisados por los médicos de la Sala Covid, Pablo Fernández y Cecilia Falcone.
De esta manera, el médico Fernández explicó que se trata de un estudio realizado por la Fundación ECLA de la ciudad de Rosario “que se dedica a hacer estudios científicos y la ciudad de Chivilcoy participó, junto a otros centros del país, en el diseño y realización de un estudio en la búsqueda de medicamentos que tengan alguna característica en particular.
Al enfrentarse a una situación de estas características como es una enfermedad nueva donde realmente todos desconocíamos la fisiopatología, qué esquemas de tratamiento podía utilizarse buscando disminuir la mortalidad de los pacientes se pensó, en principio, en utilizar un medicamento que sea efectivo pero de libre accesibilidad.
A medida que fue transcurriendo la pandemia y empezamos a discernir la fisiopatología de la enfermedad nos enteremos que generaba un daño en dos etapas: uno directo por el virus principalmente a nivel pulmonar, también cardíaco y renal, después una lesión dada por un incremento del proceso inflamatorio a nivel pulmonar que dependía de respuestas individuales de nuestro cuerpo más exacerbadas de aquello que corresponde.
Ante cualquier proceso infeccioso nuestro sistema inmunológico responde con un proceso inflamatorio que si es acorde al cuadro clínico se resuelve pero si es mayor a lo correspondiente provoca autolesiones.
A partir de lo expuesto, se diseñaron opciones tendientes a disminuir el proceso inflamatorio a nivel pulmonar. Hubo varios estudios internacionales y en ese contexto se pensó en una hipótesis en relación a la utilización de un medicamento muy barato que es la Colchicina, una droga cuyos principios activos tienen más de 200 años, ampliamente usada en medicina durante mucho tiempo por vía oral que si bien se utilizada para procesos de artritis gotosa, posteriormente se usó en otro tipo de entidades como la fiebre mediterránea y últimamente con algunas aplicaciones antiinflamatorias en cardiología.
El mecanismo de acción de la droga tiende a disminuir el proceso inflamatorio a nivel pulmonar y también baja el nivel de citoquinas y tiene cierto efecto de evitar el proceso trombótico.
Con esa hipótesis se diseñó el estudio de etiqueta abierta sabiendo a que paciente se puede dar y a quién no. El estudio fue diseñado para alcanzar 2500 pacientes en principio, hubo cierta dificultad para llegar a ese número y con el correr de la pandemia, muertes que empezaron a surgir, se acortó el estudio a 1200.
Los resultados de este estudio, en consonancia con otros internacionales que también utilizaron Cochicina, si bien arrojó una tendencia a reducir la mortalidad y la tasa de intubación de los pacientes lo concreto es que esa tasa no era estadísticamente significativa.
Cuando se hace un estudio clínico de estas características tiene que lograr una significancia estadística y que esa droga tenga un grado de efectividad en puntos duros como es la mortalidad y tasa de intubación de los pacientes.
El estudio continúa, estamos ya en aproximadamente 2500 pacientes, se publicó en diciembre y tendremos un nuevo punto de corte. El estudio sigue porque si bien la Cochicina con 1200 pacientes no demostró efectividad había una cierta tendencia en comparación con quien no la recibía a tener algún grado de efectividad.
El seguir reclutando pacientes concluirá si realmente el punto de corte de 1200 no es efectiva o si a medida que se aumenta el número de pacientes ya el azar no cuenta y los resultados que tengamos comprobará la efectividad o no.
Seguimos reclutando pacientes y veremos cuando se haga el nuevo corte, que seguramente será en poco tiempo, para realmente demostrar si no es efectivo y se termina ahí la historia con la Colchicina o si hay una pequeña esperanza que tenga algún efecto para que pueda tener una indicación puntual.
A todos los pacientes que se internaban con neumonía grave se les ofrecía, bajo un consentimiento informado merced a explicar los riegos y posibles beneficios, decidiendo junto a las familias si querían participar o no. Si la repuesta era favorable ingresaba a una base de datos y luego al azar determinaba quien ingresaba al tratamiento.
El estudio por Covid-19 no solamente es por Colchicina sino que también incluye un tratamiento con Aspirina que es un anteagregante y Rivaroxaban que es un anticoagulante porque es una enfermedad que produce Trombosis; llevamos 700 pacientes enrolados y Chivilcoy aportó casi 70, con el correr del tiempo comprobaremos el grado de resultados que tendremos. También se evalúa mortalidad e ingreso a Terapia Intensiva e intubación.
Para probar cualquier tratamiento que se utilice ahora siempre pasó por una etapa experimental y se debe contar con la aprobación de los pacientes a quienes agradecemos porque participaron muchos y asimismo a todo el personal de la Sala Covid-19 que nos ayudó muchísimo para la carga de datos”.
Por su parte, Cecilia Falcone hizo énfasis en remarcar que “obviamente que esto se trata de un estudio clínico experimental que sólo se hace en pacientes de una cierta gravedad, bajo supervisión médica y consentimiento los afectados; de ninguna manera se aconseja salir a comprar este medicamento si se contagian de Covid-19”.
Y, seguidamente, enfatizó: “El mensaje más importante es que hasta el momento lo único que disminuye la mortalidad por Covid-19 son las vacunas, así que es importante que todos se las apliquen y que, aquellos que todavía no lo hicieron, completen los esquemas de vacunación, fundamentalmente, los mayores de 60 años que se vacunen con la tercera dosis”.
“Esto es lo único que nos ha demostrado -y lo hace diariamente- que realmente baja la gravedad de la enfermedad y la mortalidad, más allá de cualquier tratamiento que se esté probando”, cerró.
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