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Senador De Leo: "Por primera vez una alianza electoral se sostiene después de una derrota”

El Senador Provincial de Juntos por el Cambio y Presidente de la Coalición Cívica de la Provincia de Buenos Aires, Andrés De Leo, se refirió a la realidad de su partido en territorio bonaerense y también dio su parecer acerca de la actualidad de la alianza que integran, ahora en rol opositor.

Acerca del quehacer provincial de la Coalición Cívica, De Leo señaló: “Desde hace algunos años estamos trabajando junto a Elisa Carrió para reconstruir el partido en la provincia de Buenos Aires porque en 2013 prácticamente había desaparecido, sin representación institucional con solamente dos concejales únicamente en territorio bonaerense y con el partido intervenido”.

“Producto de este esfuerzo realizado por Carrió, asimismo quienes la venimos acompañando a partir del año 2015, con el acuerdo que se celebró generando Cambiemos, empezó la Coalición Cívica a ponerse de pie, empezamos un proceso de normalización institucional”, remarcó.

-¿Cómo está hoy Juntos por el Cambio?

-Juntos por el Cambio está bien, sin perjuicio que pueda surgir alguna situación que pueda indicar lo contrario. La realidad es que estamos bien y además transitando una etapa de la política Argentina que es inédita porque por primera vez una alianza electoral- superada la elección donde pudo sostenerse durante el gobierno con las dificultades del caso- y es lo más importante que el acuerdo electoral se sostiene después de una derrota, de perder la Nación y la Provincia.

Obedece a que los dirigentes de Juntos por el Cambio comprendimos que esta herramienta que fue electoral, que es política no es solamente el producto de una creación dirigencial sino de la gente.

El resultado electoral consolidó una fuerza aunque teniendo en claro que fue un punto de partida.

-¿Y la Coalición Cívica dentro de la alianza?

-Dentro de ese marco, la Coalición Cívica se encuentra teniendo un rol más importante porque estamos atravesando una etapa diferente donde ya no hay liderazgos excluyentes, nadie puede decir que es el dueño de Juntos por el Cambio, ni un dirigente ni tampoco alguno de los partidos.

Tenemos una pluralidad y una horizontalidad más marcada pero no tiene que ver únicamente con los resultados electorales sino a que fuimos avanzando en un proceso de confianza, de conocimiento entre dirigentes y entre partidos. En ese rol donde la Coalición vino creciendo ya no es solamente la voz potente de Elisa Carrió sino que existe una presencia institucional de varios dirigentes de nuestro partido que están teniendo un peso específico dentro del armado y estructura principal de Juntos por el Cambio.

-¿Qué autocrítica hacen tras la derrota electoral de 2019?

-Ese rol que tuvimos estuvo enmarcado cuando hicimos la alianza sin tener tiempo de poder trabajar un programa en común y sobre las diferencias que podemos tener en la concepción de determinadas políticas fundamentalmente en la económica. Marcamos algunas diferencias, amén de las vinculadas con algunos integrantes de áreas del gobierno nacional y provincial, y las críticas estuvieron orientadas a la política económica.

Aún cuando coincidíamos en los lineamientos globales de hacer una apertura de la economía, de sostener la producción, integrar a Argentina en el mundo, de hacer un ordenamiento de las cuentas macrofiscales que estaban absolutamente devastadas; no obstante, entendimos que algunos medidas golpearon mucho al bolsillo de los argentinos y evidentemente complicó el poder adquisitivo de quienes más ajustadamente está viviendo.

-¿Qué pretende la Coalición Cívica para el futuro inmediato?

-Forma parte de una nueva etapa donde la Coalición Cívica tiene que estar en las propuestas que debemos hacer a los argentinos y a los bonaerenses. Asimismo creo también que Juntos por el Cambio se debe una autocrítica en los aspectos donde sentimos que no cumplimos con las expectativas de la gente especialmente en lo económico.

Haciendo una revisión de algunos aspectos vinculados a la política económica y seguramente encontraremos que es posible generar esperanza de una Argentina que apueste al progreso, a la producción…pero también mejore la calidad de vida a la gente y es tener una mirada con contenido social en la política económica que, cuando se trató el tema de las tarifas y otros aspectos, no estuvieron del todo acertados.

-¿Su parecer con respecto a las decisiones del gobierno en pandemia?

-Soy crítico desde el inicio de las estrategias que se tomaron, consciente que había mucho temor en la gente ante un virus cuyo grado de letalidad se desconocía y sobre cómo afrontarlo, así ir ganando tiempo sobre el sistema sanitario.

Acompañamos inicialmente estas medidas, pero era necesario hacer rápidamente un programa para afrontar la cuarentena y también para ir ordenando la salida de la cuarentena porque era imposible sostener un confinamiento tan extremo porque sufriríamos las consecuencias, que terminamos padeciendo.

Hubo un fracaso tanto en las políticas sanitarias como económicas, los resultados están a la vista porque es imposible cerrar una economía y parar un país durante un tiempo indeterminado porque la gente se iba a agotar, las necesidades económicas empezaron a apremiar, no teníamos los argentinos preparados un colchón para afrontar un confinamiento tan riguroso.

-¿Porqué dice un fracaso?

-Argentina no tiene ningún número exitoso para mostrar porque venía reflejando las cifras en materia sanitaria, mientras que, ahora no puede hacerlo más. Pagamos todos los costos de la mala política en materia sanitaria sin ningún beneficio. Nuestro país cayó en su economía el doble del promedio del mundo y de Latinoamérica; pese a que los gobernantes nacionales y provinciales decíamos que estábamos en el piso evidentemente la caída fue tremenda, pero lo peor de todo es que todavía no se avizora un mejoramiento tangible de la situación. Por lo tanto, sobre la base de este fracaso el gobierno todavía sigue sin reconocer que es necesario convocar a una mesa plural para determinar cómo afrontamos la salida.

Estamos viviendo un país de la desmesura porque por un lado dicen a los argentinos que no pueden reunirse con sus familiares, que no pueden llevar adelante un emprendimiento económico; a mí me salió un fallo dos días antes del fallecimiento de Diego Maradona impidiendo que me pueda reunir con mis familiares y dos días después asistimos que en la Casa Rosada estuvimos en el descontrol más grande en materia de confinamiento por una utilización política que quiso hacer el gobierno con el fallecimiento de éste astro futbolístico.

Estamos a tiempo de empezar a corregir pero el gobierno todavía no mostró vocación para hacerlo.

-¿Propone una nueva ley orgánica de municipalidades?

-La ley que impulsé y tuvo sanción unánime en la Cámara de Senadores, ahora está en Diputados, es la creación de una comisión bicameral integrada por legisladores y diputados que debería empezar a trabajar para generar más que una reforma de la ley orgánica, una nueva ley orgánica. La ley orgánica de las municipalidades ya no resiste más parches sino que requiere hasta un andamiaje nuevo. Esta comisión debería convocar a especialistas, intendentes, ex intendentes, legisladores, concejales para adoptar una ley acorde a la nueva realidad.

La ley vigente fue sancionada en 1958, un período donde ni siquiera era democrático. Además, hubo enorme cambios no solamente políticas sino de realidades para los intendentes porque hace 50 o 60 años no tenían que resolver los problemas que poseen actualmente ni las funciones que tienen ahora.

-¿Siente que debe existir más autonomía para las comunas?

-También debemos apuntar a la autonomía municipal que es un viejo anhelo de la provincia de Buenos Aires pero no fue plasmada, está ordenada por la Constitución Nacional pero no fue reflejada en la reforma de la Constitución de la Provincia de Buenos Aires. Hay que avanzar hacia un modelo de mayor autonomía de los municipios pero va acompañado de una enorme responsabilidad porque no podemos crear en los municipios compartimientos estancos que terminen después siendo una barrera de progreso o una máquina de generar impuestos. Debe ir acompañado de un consenso y pacto fiscal muy importante en el territorio.

La ley debe empezar a incorporar aspectos de participación ciudadana porque si bien existen algunos indicios todavía están faltando y la democracia requiere de mayores controles de la población.

Es muy importante también que se vaya incluyendo una perspectiva de género que está muy demandado por la actual sociedad.




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