“Todos los años tenemos entre 200 y 500 muertos producidos por inhalación de monóxido de carbono cuando es absolutamente prevenible”
- dlcchivilcoy
- 3 jun
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Con la llegada del frío es obligatorio chequear las estufas, calefactores y artefactos a gas para calefaccionar ambientes antes de ponerlos en funcionamiento para prevenir accidentes y pérdidas que pueden resultar fatales.
El monóxido de carbono es un gas incoloro, inodoro y altamente tóxico, que se produce cuando materiales como gas, madera, carbón o querosene se queman de forma incompleta. Justamente, por no emitir olor, es especialmente peligroso: una persona puede inhalarlo sin darse cuenta y sufrir una intoxicación grave en minutos.
El Ministerio de Salud de la Nación asegura que se registraron cerca de 500 casos de intoxicación por monóxido de carbono desde el inicio de 2024. En 2023, se estimaron alrededor de 40.000 casos anuales en todo el país, con aproximadamente 200 muertes.
Teniendo lo ya expuesto, en Radio del Centro, dialogamos una vez más con el Dr. Héctor Bertzel, médico pediatra y toxicólogo, para reforzar la prevención en ésta época invernal en la intención de no tener que seguir informando de intoxicaciones por monóxido de carbono ya que son evitables.
En principio, el profesional de la salud manifestó: “No me sorprende que haya casos si no que me molesta, de hecho todos los años me mueve un interés personal para empezar a avisar desde temprano que viene el frío, que puedan ser revisadas las estufas porque todos los años tenemos entre 200 y 500 muertos producidos por inhalación cuando es absolutamente prevenible”.
“Entiendo que pueda existir una dificultad por el tema económico pero es absolutamente necesario hacer prevención en los hogares antes de calefaccionarse”, enfatizó, y sugirió: “La gente con menos recursos que se calefacciona prendiendo maderas, con un brasero, siempre recomendamos que se tiren el placard encima, ponerse mucha ropa, taparse de la mejor manera posible y el bracero fuera; si utilizan el bracero durante el día, antes de ir a dormir también se puede usar con la puerta abierta, que tampoco es lo más recomendable, para que en la casa haya suficiente circulación”.
“Las estufas deberían ser de tiro balanceado y revisadas una vez por año por gasistas matriculados requiriendo una mirilla arriba y otra abajo que permiten difuminar el monóxido o en defecto, dejar una ventana abierta”, puntualizó, y agregó: “El calefón no tiene que estar en el baño y tampoco calefaccionar con las hornallas de la cocina ni dejar abierta la puerta del horno en tal sentido porque son productores de monóxido”.
El toxicólogo, precisó: “A excepción de una estafa de tiro balanceado controlada por un gasista matriculado y con las dos salidas correspondientes, no es conveniente dejar algo encendido para calefaccionarnos cuando nos vamos a acostar”.
Y enfatizó: “Hay una manera sencilla de prevenir que consiste en abrigarse bien, tirarse la mayor cantidad de ropa posible encima en caso de tener frío”.
También, el médico recomendó a las personas que puedan adquirirlos, los detectores de monóxido “no son muy caros y funcionan correctamente”.
En cuanto a los primeros síntomas, advirtió que, son las náuseas y vómitos, un dolor de cabeza que es fronto parietal que es pulsátil y no calma con ningún analgésico si no recién cuando la persona sale del lugar para oxigenarse.
Asimismo, Bertzel alertó: “Si una persona llega a un domicilio y encuentra una persona desmayada antes de atenderla lo primero que debe hacer es abrir una ventana porque si ya falleció no tenemos más nada que hacer y si está viva puede pasar que quien concurra a ayudar también termine en la misma situación pasando de tener un fallecido a dos fallecidos”.
El especialista también remarcó que, no es muy común, pero “otro modo de intoxicación es en las casas que tienen el garaje junto a la vivienda, ponen el auto a calentar y ese monóxido que genera contamina las distintas habitaciones, así que a tenerlo en cuenta también porque puede provocar inconvenientes”.
Cuando le preguntamos por los tratamientos de las personas intoxicadas, mencionó: “El tratamiento en realidad consiste en oxigeno que puede ser normobárico, el oxigeno al 100% determinado por una máscara o puede ocurrir que el paciente precise ser respirado donde ya interviene terapia y también está la cámara hiperbárica, en la ciudad de Buenos Aires hay 3 o 4, que debe ser rígida porque hay otras que no lo son y no sirven para tratar la intoxicación. El tratamiento posterior consiste en el seguimiento del paciente pero fundamentalmente requiere oxigeno al 100% ya sea con máscara o con la utilización de la cámara hiperbárica que es excelente aunque con determinadas indicaciones para su uso”.
Por último, aunque no menos importante, el médico remarcó: “La intoxicación por monóxido de carbono puede generar mayores inconvenientes en menores de 1 año de edad y en mujeres embarazadas, es importante tenerlo en cuenta porque la hemoglobina de los más chicos es distinta y puede producir una intoxicación más rápida”.
“El monóxido de carbono trabaja a partir de la hemoglobina y produce una anoxia histológica de los tejidos y en un incendio, además de producirse monóxido ocurre lo propio con gases de cianuro como asimismo otros que pueden llegar a producir la muerte o complicaciones que son más difíciles de tratar”, cerró.






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