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VILLARINO Y EL PLANO DE CHIVILCOY

1ª Parte.


Durante 1854, el decisivo año para nuestra historia lugareña. Mientras se realizaban ante las autoridades del Estado de Buenos Aires los trámites que culminarían con la fundación del pueblo. En forma simultánea se realizaban otros que los complementaban.

Así fue como el juez de paz del partido: Federico Soares, elevó al Gobierno una solicitud que le había realizado la Comisión Municipal el 13 de mayo pidiendo la concesión del suelo para la fundación del pueblo y el envío de un ingeniero que se ocupara de la traza del mismo.

Al día siguiente, 14 de mayo, Soares, envió una nota al Dr. Ireneo Portela, ministro de gobierno del gobernador Pastor Obligado, con el presupuesto para la erección de la futura capilla del pueblo, el croquis de la misma, la nómina de los vecinos que habían colaborado con sus donaciones para recaudar fondos y un plano del pueblo (inferimos que debe haber sido un boceto, porque el plano de Chivilcoy lo realizó Villarino después de la fundación del pueblo) donde se muestra que el lote destinado para la capilla atravesaba la manzana desde donde hoy está ubicada la Iglesia Nuestra Señora del Rosario, sobre la calle 9 de Julio hasta la calle Necochea. Este tema ha sido investigado por Caggiano, et al. en “La obra del templo de Chivilcoy”. El tema no es menor, porque años más tarde, el terreno ubicado detrás de la Iglesia, fue objeto de una áspera disputa entre la Iglesia y el Municipio. En el trabajo que acabamos de citar se sostiene que ese terreno, originariamente había sido destinado a la Iglesia, pero como resultado de la disputa por la posesión del mismo quedó en poder de la Municipalidad de Chivilcoy. Nos estamos refieriendo al lote que está detrás de la Iglesia, frente a la calle Necochea.

El Dr. Portela el 20 de junio de 1854 concedió el terreno para la fundación del pueblo y nombró al agrimensor Manuel Eguía para que midiera y deslindara el ejido del pueblo trabajando de común acuerdo con el juez de paz y la Comisión Municipal.

Por su parte el Consejo de Obras Públicas envió al juez de paz de Chivilcoy una nota fechada el 7 de julio de 1854 donde se le da instrucciones acerca de cómo proceder a la traza del pueblo.

El expediente de fundación siguió su curso y llegó al Departamento Topográfico, el cual remitió a Soares una nota con fecha 17 de julio de 1854 en la que aprueba la traza propuesta para el nuevo pueblo y adjunta algunas observaciones para proceder correctamente a la misma.

El agrimensor Eguía no pudo hacerse cargo de su tarea, lo mismo ocurrió con Teodoro Schuster, entonces el ministro de gobierno, haciendo lugar a la propuesta del Departamento Topográfico designó a un vecino de Chivilcoy, Don Manuel Villarino para que realice el trabajo, es decir, el trazado del nuevo pueblo. Villarino no tenía suficientes conocimientos topográficos y carecía de instrumentos adecuados para realizar dicha tarea, pero se abocó a ella, suponemos que con la mayor buena voluntad y entusiasmo. Seguramente decidido a impedir que la falta de un agrimensor demorara más tiempo el trazado del pueblo. Contó con la colaboración de Valentín Fernández Coria, Gabriel Ramírez, Juan Goyeneche, José Valtolina y Federico González, quienes en varias oportunidades colaboraron en el trabajo de la traza y medición de los solares.

Por nota de fecha 29 de julio de 1854 el Departamento Topográfico advirtió al Juez de Paz de Chivilcoy que no se planificara la erección de ningún edificio público en la plaza central del pueblo, pues es evidente que los vecinos de Chivilcoy planeaban hacer algo así.


"Los contornos de la plaza principal deberán tener una arboleda doble.... Con el objeto de que las casas no derramen las aguas pluviales sobre las veredas del nuevo pueblo es bueno desde ahora hacer que solo los edificios de material que se construyan ocupen la línea de las calles, y los ranchos se hagan un poco a la distancia conveniente hacia el centro de las manzanas a cercar sus frentes en la verdadera línea para la regularidad de las calles y su buena alineación.


Firmado: A. Ibáñez de Lucas y Pedro Pico".


(Continuará).



Rubén Osvaldo Cané Nóbile

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