Frente a una crisis financiera, económica y social de gran envergadura no escuchamos al peronismo expresar su planteo alternativo, por eso sostengo que fue un voto negativo contra el gobierno nacional

Para el dirigente de Política Obrera, Marcelo Ramal, el Presupuesto 2026 que el Ejecutivo Nacional envió al Congreso, “encubren una suerte de ultimátum que lanza a sus rivales políticos y al Congreso”.

Asimismo, consideró que, luego de ‘la paliza’ electoral en la provincia de Buenos Aires y de haberse visto forzado a vender 500 millones de dólares en una misma jornada, el Presidente “advierte al país que la continuidad de su gobierno está comprometida, a pesar de los convites de Kicillof a reunir en una mesa al conjunto de los gobernadores”. Ramal adujo que, ‘Los “focus groups” de las consultoras’ le apuntan “una derrota electoral mayor el 26 de octubre, con consecuencias financieras imponderables para ‘el día siguiente’, si no antes”.

También apuntó que Milei, anuncia el proyecto de Presupuesto “después de haber prorrogado los dos anteriores, y tampoco pide postergar su debate hasta la instalación del nuevo Congreso el 10 de diciembre, como hizo en 2023. Les exige que sea aprobado con modificaciones menores, o que asuman la responsabilidad de que lo imponga por decreto y gobierne por decreto hasta 2027”.

Entrevistado en Radio del Centro, Ramal sostuvo que, “La extorsión del gobierno busca polarizar en estos términos la campaña electoral. Diseña de este modo un escenario que no es infrecuente. El oficialismo, coqueteando con la disolución del Congreso y su propia caída; y la oposición, incapaz de un relevo político, jugada a su continuidad. Los trabajadores y el electorado popular en su conjunto sólo pueden enfrentar con éxito esta crisis sin salida, si además de ejercer el derecho al voto se autoorganiza para ofrecer su propia salida, y no una salida a sus espaldas. Porque, en definitiva, las víctimas de las crisis capitalistas, de sus ‘ajustes’ periódicos y de perjuicios siempre mayores, son los trabajadores”.

-¿Su parecer del resultado electoral en la provincia de Buenos Aires?

-No descubro nada si digo que las elecciones constituyeron una fuerte derrota del gobierno nacional que tiene una proyección internacional si se tiene en cuenta que la figura de Milei se había convertido en una suerte de ícono de la ultraderecha en el mundo, un ejemplo de como una política social de guerra social y ajuste había concitado un apoyo electoral pero se derrumbó y es un golpe a  una orientación incluso mundial de características facistas que tiene a su personero más elocuente en el propio Donald Trump, en Bolsonaro y otros mandatarios europeos que en la derrota de Milei recibieron ellos mismos un golpe político importante.

Insisto en llamarlo derrota del gobierno nacional y no victoria del peronismo, aunque electoralmente lo haya sido, creyendo que el voto formulado el 7 de septiembre fue contra el gobierno nacional que no debe ser visto como un apoyo nítido al Kirchnerismo porque carga todavía con una desconfianza popular muy importante y la desmentida en relación a poder atribuir el voto positivamente obedece a que en la elección provincial, Fuerza Patria no presentó un programa alternativo al gobierno nacional; frente a una crisis financiera, económica y social de gran  envergadura no escuchamos al peronismo expresar su planteo alternativo, por eso sostengo que fue un voto negativo contra el gobierno nacional más que un apoyo explícito al peronismo o Kirchnerismo.

-¿El después de las urnas?

-El resultado electoral agravó una crisis que antecedía al comicio y queda plasmado en el conjunto de episodios vinculados a corrida cambiaria, retiro de los fondos financieros internacionales del país, se profundizaron las luchas internas dentro del gobierno y ahora el anuncio de un presupuesto cuyo objetivo fundamental es tratar de brindar alguna garantía o confianza a los acreedores internacionales que no la van a recuperar aunque simplemente a partir de un discurso.

El gobierno hasta ahora vino llevando adelante presupuestos por decretos o prórrogas, no está claro que ahora el destino del anunciado recientemente para 2026 sea otro porque en el mensaje de Milei hubo una suerte de ultimatum en la manera de presentarlo al que se podrán admitir enmiendas menores pero es el que se toma o se deja, en ese sentido la amenaza implícita es que de no funcionar de ésta manera será prorrogado por decreto.

-¿Por qué se producen tantos movimientos económicos después de una votación?

-Siempre depende del carácter que tiene la elección, en éste caso fue una desautorización muy fuerte al gobierno de turno y entonces, pueden ocurrir movimientos económicos aunque bien mirados ya estaban presentes o se venían produciendo anteriormente a la elección. Siempre se terminan vinculado a la propia elección en relación a que cuando subía el dólar antes del 7 de septiembre lo aducían al hecho de estar en plena campaña, ahora dicen que es el por el resultado de las elecciones y la inminencia de los comercios nacionales en octubre. No obstante, hay razones que exceden al proceso electoral y Argentina tiene por delante extraordinarios vencimientos de deudas en el año 2026 sin condiciones para poder responder que se puso de manifiesto en las redes sociales a través del propio Ministro de Economía, que ya empiezan en enero del próximo año por 4.400 millones de dólares, expresando ‘estamos viendo’ y es el problema de fondo que explica toda la incertidumbre financiera.

La pretensión de revalizar la deuda pública del país con un ajuste brutal y luego ir refinanciando sucesivamente terminó en un gran fracaso de Caputo y de Milei. Si ahora sube el Riesgo País es porque no se sabe cómo hará Argentina para afrontar los pagos de deuda del próximo año, son alrededor de 18 mil millones de dólares en 2026 y casi otro tanto en 2027 donde no consigue el refinanciamiento apareciendo un horizonte objetivo de cesación de pagos, reestructuración de la deuda, algún tipo de acción que conducirá a un replanteo económica y político.

Ahora también estalla el carácter completamente inviable de la renegociación de deuda armada por Alberto y Cristina Fernández junto a Martín Guzmán en el año 2020 con el canje que trasladó hacia delante enormes vencimientos de deudas sin condiciones actualmente para afrontar o refinanciar. También se plantea una circunstancia inmediata relacionado al nuevo préstamos brindado por el Fondo Monetario Nacional al gobierno nacional con el objetivo principal de ir afrontando esos primeros vencimientos de deuda que se plantearán en el año 2026 teniendo en cuenta que Argentina no cuenta con las reservas internacionales para hacerlo. Sin embargo, el gobierno empezó a utilizar esos dólares con el propósito de evitar una corrida cambiaria en este momento y acelera la desconfianza de los acreedores internacionales al darse cuenta que los dólares del fondo se están patinando anticipadamente antes del vencimiento de deuda y se instala la duda para poder afrontarlos.

-¿La respuesta del Congreso al presupuesto 2026 del gobierno nacional?

-En su cadena nacional, Milei buscó un mensaje dirigido a los acreedores internacionales en el sentido que mantiene ‘la motosierra’, asegurará el que llama equilibrio fiscal y que es indudablemente mentiroso para sobre esa base implorar por un refinanciamiento de la deuda pero no lo arreglará con un discurso.

La respuesta del Congreso a la presentación del presupuesto de Milei es vacilante y pusilánime en la idea que el discurso fue positivo, que el Presidente está reflexionando, que ahora tiene buenos modales, que está pensando ahora en la educación, en la salud, no es más que embellecer una simple puesta en escena porque el ajuste sigue en toda su dimensión y aquello que están buscando los diputados de muchas gobernaciones y de los partidos tradicionales de Argentina es poder abrir una negociación donde a cambio de algunos fondos para las provincias, avalen la dirección general de ajuste planteada en el presupuesto 2026, es lo que podemos entrever que está sucediendo.