Norberto ‘Norby’ Guiliano “El cliente debe sentir al peluquero como un amigo, el resto viene por aña
Norberto Giuliano, más conocido como ‘Norby’, tiene 55 años de peluquero. Una afición que se convirtió en profesión y hace 53 años que ejerce de manera oficial aunque su relación con las tijeras, navajas y peines (más acá en el tiempo con las máquinas) comenzó mucho tiempo antes.
“Hace 45 años que estoy en la avenida Villarino 112, estuve cinco años en una peluquería dentro del mismo barrio, cuatro años en la localidad de Benítez y cuando hice la conscripción me pusieron dos años a trabajar en una peluquería”, comentó ‘Norby’ a La Campaña.
Seguidamente, resaltó: “La peluquería ya es una institución en la avenida Villarino, me conocen todos los vecinos debido a los años de trayectoria en el barrio. Corto el pelo a tres e incluso cuatro generaciones de personas, mucha gente pasó por acá. Tengo clientela variada en edad”.
E indicó: “En Chivilcoy ya me conocen, es tanta la gente que pasó por la peluquería y algunos que cambiaron de barrio me recuerdan con mucho cariño quienes de chicos se cortaban el pelo conmigo”.
-¿Porqué peluquero?
-Tenía dos tíos que eran peluqueros, los veía trabajar y me llamaba mucho la atención. Desde muy chico, a puro aficionado, empecé a cortar el pelo a mi familia, a los vecinos. A los 18 años me vine a Chivilcoy, ingresé a una academia en la calle Hipólito Yrigoyen donde hice el curso, me fui a la conscripción donde me metieron en una peluquería para el regimiento y llegué a cortarle el pelo incluso al jefe. Era peluquero de soldado pero me buscaban los oficiales e incluso les cortaba a sus hijos también.
Cuando me instalé comencé a viajar junto a un grupo de peluqueros amigos a Buenos Aires a hacer perfeccionamiento.

-¿Cambio la profesión con el tiempo?
-Se nos facilitó mucho el trabajo con el instrumental porque estas maquinas eléctricas allanan muchísimo el camino; anteriormente había que hacer todo a tijera o todo a navaja requiriéndose mucho tiempo y sin quedar con la misma precisión que utilizando la maquina.
La maquina actualmente realiza el mismo trabajo que una tijera e incluso lo agiliza.
-¿Mucho de lo actual es antiguo?
-En ocasiones vienen jóvenes y me preguntan si sé hacer un determinado corte de pelo; mi respuesta es que muchos de esos cortes se hacían hace treinta años. No hay tantas novedades.
Las modas tienen un tiempo de duración y surgen cuando aparece un referente, un jugador de fútbol, algunas personas que aparecen a través de las diferentes redes.
De hecho, siempre tuve la vista puesta en el oficio y fui el primero que a los jóvenes les hice los reflejos o un planchado de pelo, muchas cosas que en esa época no era muy común.
-¿Qué diferencia al adulto del joven?
-Los chicos siempre piden cosas más nuevas y los adultos van a lo clásico porque a varias personas hace 50 años que les corto el pelo, así que se sientan y de lo que menos se habla es del corte de cabello.
-¿Integró el Centro de Peluqueros a nivel local?
-Fui presidente del Centro de Peluqueros durante seis años y quince en la comisión. Acercamos a profesionales de la Federación Bonaerense y hacíamos atelieres en Chivilcoy, nutriéndonos de todo eso.
-¿La tecnología ayuda a la profesión?
-La computadora nos facilitó mucho el camino porque años anteriores realizábamos cursos o concurríamos a mirar alguna demostración y te tocaba la fila 10 sin poder observar demasiado, por lo tanto se aprendían más las tendencias que las técnicas.
En cambio, actualmente a través de la computadora ponemos un video, observamos al profesional trabajar y miramos la forma en que tomó la tijera, inclinó el cabello, muchas cosas e incluso se puede volver a mirar hasta aprenderlo. A mí me sirve muchísimo.
-¿La profesión en tiempos de Coronavirus?
-Estamos tomando todos los recaudos que nos solicitan para poder trabajar, más el sentido común para conocer cuándo podría haber o no un contagio. Hasta ahora no tuvimos ningún inconveniente.
De hecho, tengo a todos los clientes anotados porque si algún día una de esas personas da positiva, el cuaderno se lo pasaría a las autoridades sanitarias para darles aviso y puedan trabajar al respecto con mayor conocimiento.
-¿Cómo toma el Día del Peluquero?
-Me hace recordar mucho a años atrás. Cuando era presidente del Círculo de Peluqueros o integraba la comisión, nos reuníamos todos los colegas. Hacíamos una fiesta con alrededor de 200 personas, la organizábamos nosotros, contratábamos un club y las mujeres del centro cocinaban para 200 personas. En nuestro caso asábamos y luego ofrecíamos algún show artístico, la pasábamos muy bien.
Lo añoro porque prácticamente ya no sucede, a veces nos juntábamos y concurríamos a alguna parrilla o restaurante donde nos sirven todo a diferencia de años anteriores cuando nos arreglábamos entre los mismos colegas, pese a que trabajábamos mucho en la organización. Además, en nuestro día la peluquería estaba cerrada, hecho que hoy ya no ocurre.
Este año será más especial aún por la pandemia.
-¿Sugiere al cliente qué corte le sienta mejor?
-Cuando la persona ingresa a la peluquería por primera vez y ante todo miro aquello que podría hacerle en la cabeza de acuerdo a las facciones, cara, orejas y también la personalidad. Una vez que le clavo la vista le sugiero un determinado corte, luego conservamos y consensuamos. No obstante, trato de aconsejarle lo que mejor le quedaría.
-¿Qué busca el cliente de un peluquero?
-De vez en cuando tomo algunos alumnos y enseño peluquería, aunque lo primero que les digo es que no alcanza con ser un buen peluquero sino hay que ser una muy buena persona. El cliente debe sentir al peluquero como un amigo, el resto viene por añadidura.
Los peluqueros tenemos algo de psicólogos y considero que es cierto porque en mi caso, con tantos años de trabajo en este oficio, a personas que las atendí de chicos ahora de adultos concurren a consultarme ante algún inconveniente que se les presenta como si fuera un familiar o un amigo, sirve mucho en peluquería.